○●Capítulo 6●○

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Por fin entraron al enorme edificio. Cerca de la puerta había un pequeño mostrador detrás del cual había una mujer escribiendo cosas en un ordenador.

- Buenos días señorita, ¿podríamos pasar a la pista? Por favor - le dijo Rin a una chica de recepción.

- Por supuesto, serán 10 yenes cada uno. Díganme la talla de sus patines - cuando acabó de decir eso, miró a la chica que la veía con cara de ilusión. - disculpe, señorita. Usted me es conocida. ¿Tiene alguna acreditación de patinaje profesional, por casualidad?

Rin sacó de la bolsa de sus patines una tarjeta con un colgante.

"Fundación Rusa de Patinaje sobre Hielo.

Akabane Rin

06/12/2004

Entrenador: Yakov Feltsman"

- Pasad, adelante ambos. Joven, ¿usted no tiene patines, verdad? - dijo refiriéndose a Noya.

- Yo... no.

- Talla.

- 39, señorita

La recepcionista se fue y volvió al minuto con un par de patines de la talla 39.

- Aquí tiene. ¿Necesitarán los altavoces?

- Por ahora no, llevo yo uno, de todas formas, muchas gracias, y disculpe las molestias.

- No son molestias, señorita Akabane. - dijo la mujer haciendo una reverencia.

Ambos jóvenes pasaron a la pista y fueron a sentarse en las gradas para calzarse los patines

- ¿Qué ha sido todo eso? ¿Cómo has...? ¿Por qué ha...? Al final no hemos pagado. Mierda, mierda. Somos criminales, no puede ser. Soy muy joven para que me metan a la carcel.

- Noya, tranquilízate. Los patinadores profesionales podemos pasar con un acompañante a cualquier pista de hielo sin pagar gracias a las acreditaciones que nos dan en el país en el que somos entrenados.

- ¿Entonces no hemos cometido ningún crimen?

- No, Noya-kun. Somos totalmente legales - dijo ella riendo.

- Que alivio...  - suspiró él.

Ella mientras tanto estaba atando el segundo patín y quitando el protector de la cuchilla.

- Vamos, Noya-kun. Los líberos tienen que ser rápidos, pero no te veo yo muy rápido ahora mismo. - se burló ella al ver al chico intentando atarse torpemente el primer patín.

- Soy rápido, ya casi está. Mira - dijo mostrándole el patín mal atado.

- Trae, anda. Con eso te vas a caer. - dijo ella agachándose para atar correctamente ambos patines del chico. - Así, ¿ves?

La delicadeza con la que la chica había atado los patines habían dejado hipnotizado a Noya. Además de hacerlo con cuidado lo había hecho muy rápido, seguramente por la práctica.

- Espera, conectaré la música. - dijo ella sacando un altavoz Bluetooth de la bolsa de los patines y conectando su móvil a este. - Si quieres, entra ya en la pista y te vas acostumbrando.

- Yo no sé hacer esto.

- Pues tenemos una competencia próximamente, Noya-kun, así que, tienes que aprender - dijo ella mirándole divertida mientras le veía caminar entre tropiezos con los patines puestos.

- ¿Me vas a enseñarna patinar?

- Claro, si no, seguirá sin ser justa la competencia. - aclaró ella. -Ten, ponte esto. Te harán falta si no has patinado nunca - sacó de la bolsa unos protectores para las rodillas y los codos, y unos guantes de lana.

Nishinoya asintió mientras se colocaba toda la equipación.

No había nadie más en la pista a esa hora de la mañana, así que sería más cómodo patinar. Una canción lenta sonaba en el altavoz. Si ponía una más rápida sería difícil enseñar a Noya...

- Ven, vamos a calentar.

- ¿Calentar? ¿Por qué?

- Es importante si no te quieres lesionar, Noya-kun. Y tú, siendo deportista deberías saberlo mejor que nadie.

- Tienes razón, Rin. Vamos allá. Estoy preparado.

Tras un calentamiento corto entraron a la pista de hielo. Rin tomó la mano de Noya quien estaba muy nervioso.

- Ven, agárrate a la barandilla. ¿Sabes cómo avanzar? - dijo mirando al chico que intentaba mantener el equilibrio mientras se aferraba fuertemente a la barandilla de hierro.

- Claro que sí - dijo él orgulloso - pero quiero comprobar cómo lo haces tú. Solo para ver si lo haces bien - ambos empezaron a reír.

- Lo primero de todo será coger la postura. Lo cierto es que no es muy diferente a la postura que los líberos debéis adoptar para recibir un balón bajo. Mira así- dijo ella tomando la postura. - Doblas un poco las rodillas, te agachas levemente y con los brazos equilibras. Inténtalo.

El chico tomó torpemente la postura, aunque al final la acabó haciendo casi correcta.

- Ahora deberías empezar a avanzar. Mira así- dijo mostrando como hacerlo.

El chico lo intentó, pero casi se cae. La chica fue rápidamente a sujetarle.

- Yo te cubro las espaldas, Noya. - dijo ella con seguridad, cosa que hizo que el chico se sonrojase aún más.

- Yo... gracias, pero solo era una prueba para ver cuanto de rápida eres - dijo él tratando de molestarla.

- ¿Ah, sí? Con que esas tenemos, te enseñaré lo que es la velocidad, Noya. Ya verás. - se acercó lentamente al altavoz y puso una canción con un ritmo realmente acelerado, después patinó hasta el chico y le tomo de la mano. - Espero que estés listo, porque no hay vuelta atrás. Solo sígueme.

El chico la miró con miedo, aquella canción realmente iba con demasiada rapidez...

Rin lo empezó a arrastrar por la pista con velocidad hasta dejarle en el centro de esta. Nishinoya quedó perplejo al ver a la chica alejarse de repente.

La canción de fondo había empezado a ir incluso más rápido que antes.

Ella se acercaba a una de las vallas de la pista y... la canción llegó a su velocidad máxima. En ese mismo instante, Rin empezó a patinar con velocidad alrededor del joven líbero.

La mujer del mostrador apareció de repente con su teléfono en mano:

- Akabane Rin, Rusia, Programa libre ganador del Grand Prix Junior de 2019. 260 puntos.

La chica se movía con agilidad al ritmo de la música, con unos movimientos muy delicados y apasionados. Salto tras salto, vuelta tras vuelta. Una seguridad enorme.

Lentamente el ritmo de la música disminuyó hasta que acabó la canción con Rin quedando a menos de 10 centímetros de Noya.

El chico la miraba dulcemente y también muy impresionado... "Es increíble".

Ella estaba algo agotada, sonriendo victoriosa.

La recepcionista aplaudía efusivamente, Rin empezó a reír.

- ¿Y bien? ¿Soy rápida o no? - le guiñó un ojo a Noya mientras se acercaba a él.

- Increíble... - susurró el chico.

Ella sonrió y le dijo:
- Ahora, enséñame tú cómo hacerlo.

- Yo... estaría mejor que me enseñases tú. No puedo hacer eso... - dijo algo triste, pero al instante se alegró de nuevo - pero quiero aprender a hacerlo.

Y así pasaron una divertida mañana juntos.

Cuando llegó la hora de la comida, decidieron ir juntos a un restaurante de la zona para descansar.

Yuri on Ice! x OC x Haikyuu!! [¿Una Nueva Gata En La Cancha?]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora