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En los tres días que se le exigió el uso de las muletas a la pobre chica por su píe lastimado, Bokuto era quien buscaba ahora las chucherías que comían entre clases como normalmente lo hacían, Akaashi esos días la había acompañado hasta la puerta de su seguridad para asegurarse de que llegara bien y sin lastimarse a está, conociendo por unos pocos minutos a la mamá de la castaña en el segundo día, hoy ya no era necesario que usara algo relacionado con su píe, podía caminar establemente mientras que no tuviera que ir muy rápido, lo cual fue agradecido por el pelinegro que esos días no había tenido que correr para seguirles el paso a sus dos amigos.
Hoy siendo viernes, la ojimarrón no tenía club y al parecer su grupo grande de amigos tampoco ya que su entrenador tenía cosas pendientes por hacer ese día, cosa que había logrado deprimir un bastante al bicolor. Estaban en la hora del almuerzo ya todos sentados en sus respectivos asientos que no habían cambiado desde la primera vez que todo el equipo comía juntos.
-Ten.- Fue lo primero que dijo el de orbes azules cuando se encontraban acomodados, poniendo un bento perteneciente a el mismo frente a la castaña, que veía con bastante emoción su almuerzo.
-¿EHHHHHH? ¡¿Por qué a ___-chan si le haces el almuerzo y a mi no, Akaashi?!.- Se quejó el de orbes azules con un aura más deprimida que la anterior, Bokuto era un celoso cuando se trataba de su mejor amigo definitivamente.
-Porque me quiere más a mi.- Bromeo la castaña a lo que le mostraba su lengua de forma juguetona, mostrando su aura totalmente infantil que siguió sin duda alguna su competencia, en serio eran como dos niños de cinco años en tercero de secundaria, el chico menor solo pudo soltar un suave suspiro mientras negaba con su cabeza, realmente tenía mucha paciencia.
-Los padres de (t/a)-san no le harían el almuerzo hoy, yo me ofrecí a hacérselo por hoy nada más, Bokuto-san.- Explico con su habitual tranquilidad en lo que abría su propio bento y sacaba los palillos para ambos. -No quería que (t/a)-san quemara su hogar cocinando.- Terminó por explicar causando la risa de los presentes a tal confesión, haciendo que estos mismos se burlaran de ella, a lo cual ella solo pudiera fulminarlo bastante avergonzada.
En una de las tantas veces hablando en el tren, ella le había contado que en realidad no era muy buena cocinando y que la última vez había quemado sin querer su propio ramen instantáneo. Él día anterior en el mismo recorrido a su hogar le había contado que su mamá tenía turno de noche por lo cual no podría cocinarle y ella tendría que intentarlo, a lo cual el pelinegro bastante preocupado por la cocina se negó totalmente a ello, por lo cual llegaron a su actual situación.
-Eres tan cruel, Akaashi-kun.- Se quejo está con su común puchero en labios, siempre era tan sincero respecto a lo que decía que no era raro ya escuchar esas palabras por parte de sus amigos.
-Realmente pensé que ___-chan sería muy buena cocinera.- Dijo algo pensativa Suzumeda, quien fue seguida por Shirofuku.
-Sí, sí, te ves como esas chicas que son muy buenas en todo.- Completó de esa forma a lo que todo el equipo asintió con su cabeza.
