11: Demasiado cerca.

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La mañana de la segunda prueba se alzaba con entusiasmo y ansia de parte de los estudiantes, mientras muchos hablaban de quien creían que iba a recibir mas puntos Megan se limitaba a ignorarlos mientras leía como de costumbre.

-¡Hey Meg!-Escuchó que la llamaban, ella volteo y sonrió. Fred se sentó a su lado mirando con desdén el libro-¿Pasaras la tarde leyendo?-Megan asintió.

-No hay nada mejor que hacer.-Alzo los hombros. El chico alzó ambas cejas.

-¿No hablas enserio verdad?-Una sonrisa burlona apareció en el rostro de él, ella lo miró seriamente y la sonrisa se borró-¡Megan hoy es la segunda prueba!-Exclamó.

-¿Y?-Contestó ella con indiferencia.

-¿Y? ¿¡Y!? Vamos no me digas que no te interesa.-Una sonrisa se curvó en sus labios, Megan cerró el libro y lo dejo en la mesa ratona y miró a Fred.

-¿ Quieres que enumere las razones?-El volvió a alzar sus cejas.-Es violento, innecesario y ¿Pones en riesgo tu vida por un premio? Créeme en veinte años podrás estar en un libro, pero nadie te recordará y el trofeo estará de adorno juntado polvo.-Hubo un momento del silencio que Megan lo interpretó como si el estuviera razonando. Se equivocó.

Como era de costumbre Fred la tomo de la cintura y cargo su peso en el hombro derecho, ella chillaba histérica pidiendo que la bajara, el no iba a hacerlo, ella lo sabía. El comenzó a subir las escaleras hasta estar frente la puerta del cuarto d ellas chicas de sexto.

-Entrarás ahí, te vestirás e iremos a ver la segunda prueba.-Dijo el con una sonrisa, ella lo miro desafiante cruzándose de brazos.

-No quiero ir.-Dijo pausadamente.

-Oh, perfecto, te llevaré así para que te mueras de frío, perfecto, no habrá problema quizás entonces vuelvas a tener gripe y...-El comenzó a acercarse con intenciones de volver a alzarla, ella abrió la puerta dela habitación y la cerró en su cara.

-¡Esta bien iré!-Contesto del otro lado, aunque una puerta se interponía entre ambos ella sabía que el estaba sonriendo. Megan corrió hasta en donde estaba su cama y comenzó a vestirse, peino su cabello suelto lleno de ondas y se miro al espejo. Un extraño cosquilleo le recorrió la espalda, negó con la cabeza y abrió la puerta.

El aún estaba ahí.

-¿Lista?-Ella asintió.

*

La segunda prueba había transcurrido, Megan se sentía titiritar, había tomado de la mano a Fred durante todo el trayecto, y el le correspondió.

Ahora ambos caminaban al castillo, ella con las manos en los bolsillos de su abrigo, su pelo bailando en el viento.

-¿Entonces nunca ta has subido a una escoba?-Preguntó Fred atónito, ella negó-¿Tampoco has ido a los partidos de Quidditch?-Ella volvió a negar. El la miraba con ambas cejas alzadas, Megan esbozó una pequeña sonrisa.-Eres la persona mas extraña que he conocido.-una pequeña risa se le escapó a ella.

-Me gusta ser original.-El río, y a ella le gustó esa sensación única de hacerlo reír sin necesidad de que el la humillara.

-Escucha, ven el domingo en la tarde, quiero mostrarte algo, esperame a las cinco en los jardines.-Megan asintió luego el se fue con su gemelo y Violet se le acercó.

-Esta bien, esto es como el mundo paralelo donde ambos son amigos y se llevan demasiado bien ¿Sabes en donde terminara esto verdad?-Megan negó-¡Un beso!-Grito, Megan le tapó la boca.

-¡Cállate! Eso no pasará.-Violet rodó los ojos y saco la mano de su amiga de su boca.

-Oh vamos, le gustas.-Ella comenzó a codear a Megan.

-No es cierto.-Contesto ella arreglando su cabello.

-Si, seguro.-Rodó los ojos-¿Qué te dijo?-Una sonrisa cómplice apareció en el rostro de Violet.

-¿De qué hablas?-Megan frunció el ceño.

-¡Hace segundos, antes de que se fuera con su hermano!-Contesto su amiga como si fuera lo mas obvio.

-Nada.-Mintió.

-Meg, te conozco desde que tenemos once años, a mi no me puedes engañar.-Violet se cruzo de brazos.

-No me dijo nada.-Reitero ella.

*

El domingo se acercó con rapidez, Megan había esperado ese día con ansias, quería saber que quería mostrarle Fred, le gustaba su forma de sorprenderla cada vez que tenía oportunidad.

Cuando dieron las cinco se miró una vez mas en el espejo, arregló su ropa y su cabello, su cara estaba pálida ese día, sus labios mas rosados y sus ojos verdes brillaban con ansiedad, tomo su bufanda y salió de la sala común. Caminó a los Jardines y se sentó en uno de los bancos.

Comenzó a esperar, los minutos corrían lento, un extraño pensamiento vago por la cabeza de la chica ¿Y si la dejaba plantada? Se mordió el labio inferior con fuerza, se calmó a si misma, unos brazos le rodearon la cintura y la hicieron levantar del banco, Megan volteo y ahí estaba el pelirrojo sonriendo.

-Perdón por la tardanza.-Una sonrisa compradora apareció en su rostro, ella sonrió.

-No importa.-El tomo la mano de la chica y un escalofrío la recorrió, comenzaron a caminar.

-¿A donde vamos?-Preguntó ella curiosa.

-Es una sorpresa.-una sonrisa radiante apareció en el rostro de él.

Megan solo lo seguía, hasta que a lo lejos pudo divisar el campo de Quidditch.

-¿Qué hacemos aquí?-Preguntó con el ceño fruncido.

-Ya veras.-Un brillo de diversión recorría los ojos de el y su sonrisa inspiraba confianza.

Fred la hizo acercarse, le dijo que lo esperara en medio del campo, Megan miraba todo a su alrededor, se sentía tan pequeña, Fred volvió tocándole el hombro.

-Hoy volaremos.-Ella abrió los ojos sorprendida.

-No se volar.-Contestó ella tartamudeando.

-No será problema.-Él tomó la escoba, una Saeta de Fuego.-Se la pedí prestada a Harry, es una de las mas rápidas.-Megan dio un paso hacía atrás.-Vamos no te acobardes ahora.-Ella odiaba que la llamaran cobarde, por lo que dio un paso hacía adelante.-Así me gusta.-El sonrío y se subió a la escoba-¿A que esperas? ¡Sube!

Megan paso un pierna y se acomodo, el le sonrío por encima del hombro.

-Agárrate fuerte-<<¿De donde?>> Pensó ella, él dio una patada al suelo y ella se aferró a la cintura del chico fuertemente, cuando la escoba tomo vuelo ella sintió una inexplicable sensación de libertad, se sentía ligera, libre.

Él voló dando vueltas al campo, Megan reía alegremente, sentía una cálida sensación que no podía explicar, no sabía si era porque estaba volando por primera vez en su vida o porque se encontraba tan cerca de Fred ahora.

Luego de unas cuantas vueltas el descendió y ella bajo de la escoba con un extraño cosquilleo en el estómago.

-¿Qué te ha parecido?-Preguntó él con una sonrisa.

-¡Fue increíble!-Una sonrisa enorme estaba en su rostro, le dolían las mejillas pero no le importaba.

-Me alegro que te halla gustado.-El comenzó a caminar, ella lo siguió y una duda la atravesó  como una daga.

-Fred.-Lo llamó, el volteo.

-¿Si?-Megan lo miró por unos segundos reuniendo el valor necesario.

-¿Somos amigos?-Le preguntó, el le sonrío, se acercó y le tomó el rostro con delicadeza.

-Dímelo tú.-Ella sonrío se sentía extrañamente cómoda. Él la miró a los ojos y ella fue consciente de que los centímetros escaseaban entre ellos. Y cada vez eran menos, el se acercaba de a poco, ella cerró los ojos, podía sentir la respiración de el en su rostro.

-Hay que irnos.-Susurró ella mientras abría los ojos y daba un paso hacía atrás.

-Si.-Respondió el mientras comenzaba a caminar volviendo los dos al castillo.

 ¡Te odio Fred Weasley! ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora