La vida de un motero nunca es fácil, ¿pero la de una motera? Mil veces peor. En un mundo donde las mafias son aún más poderosas de lo que parecen, donde la muerte, los lazos sanguíneos y la lealtad lo son todo, la vida es complicada. Y si eres la única mujer motera que se niega a ser una puta en un mundo tan machista como el de los moteros, no solo es complicado, sino que directamente imposible. Inserte entonces la rivalidad entre grupos moteros, traición y ¿amor?, y la cosa no solo se pone entretenida, sino que directamente pasa de ser peligroso a ser mortal. Mi vida no es una historia romántica. Mi vida es un constante desafío en el que ganarme el respeto de los hombres que tengo encima es la única forma de conseguirme una vida digna. Y en la que no dejarme enamorar por un imbécil del grupo rival mientras hago eso termina siendo ridículamente difícil.