Hace milenios fue maldecida con el don de la muerte. Hoy día, aquello queda muy atrás. Medusa se ha abierto paso por la vida, sola, durante más tiempo del que recuerda. La maldición de Atenea ha sido un peso más grande que el mismo mundo. Su odio por los olímpicos no ha menguado durante toda su vida. Nada podría hacerla regresar a Grecia, al Olimpo, o junto a... él. O eso pensaba ella. Poseidón se enamoró una vez. Sólo una, hace siglos. Pero ese amor le fue arrebatado mucho tiempo atrás. Hoy, las paredes del Tártaro se han agrietado, pero nada parece haber escapado de aquella profunda prisión. O eso pensaba él, hasta que la única mujer que hace temblar su pecho aparece de nuevo en su vida, con la fuerza de mil huracanes. No permito adaptaciones o copias. Si alguien desea tomar esta historia como inspiración para otra, por favor, que me contacte primero.