Todo comenzó con una pelea, una con mi antigua mejor amiga. Y por más raro que parezca, sabía que iba a pasar eso incluso antes de que sucediera. Sabía que no era normal desde que tengo uso de razón, pero esto alcanza lo absurdo, o al menos hasta que conocí el internado RoseMery para monstruos. Todos ahí poseen algo que los hace especial, escamas y branquias, colmillo velocidad y fuerza, garras y un olfato potente o alas y escupen fuego. Y yo? Yo me adelanto a los acontecimiento, literalmente. Demasiado rara para los humanos y demasiado humana para los raros.
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