¿Princesa? ¿Yo? Nah, no soy tan floja. ¿Quién en sus cinco sentidos espera ser rescatada por un príncipe? Esos idiotas siempre fallan. Prefiero ser mi propia heroína así que más bien... yo sería la reina. Aunque... ¿Eso también suena a cuento de adas no? Y en mi mundo, en mi realidad, no existen polvillos mágicos ni adas madrinas que con agitar la varita resuelven tus problemas. Los malos no merecen esos tratos de fábula. Las niñas malas nunca serían princesas... ni reinas... Las niñas malas solo reciben castigos. Y yo era una niña mala... La peor de todas. Yo era la villana de una historia mal contada. Pero... ¿saben qué? Nunca me he arrepentido de serlo.