Adrián un niño de 11 años seria lanzado al cruel mundo del cultivo a temprana edad, conocería de primera mano la desolación, y la devastación que los Dioses podían provocar sobre el ser humano común, sin embargo, eso no detendría su mirada puesta en el futuro, quería volverse fuerte, necesitaba la fuerza para protegerse a el mismo, y a su familia, por lo cual no dudo en adentrarse en el mundo de los cultivadores, seres que con solo levantar su mano pueden cambiar la forma del mundo a su voluntad, con toda la voluntad de su cuerpo, dio un paso hacia la Inmortalidad.
esta historia narra las desgracias de un joven que desde muy pequeño lo habia pasado cada vez la situación empeoraba hasta tal punto de renegar de su propia existencia y las creencias divinas