James tenía una vida normal y corriente, iba a la escuela, tenía amigos que los querían, padres amorosos y, como cualquier niño, tenía esperanza. Un día eso cambio y su paz y la de su familia se pertubó. Marcando a James para siempre. Haciéndolo perder la esperanza. Pero, en sus momentos más duros, un rayo de luz apareció. Con cabello rojo y piel blanca, trayendo con ella la esperanza que creía perdida. "Lo que perdemos al final siempre vuelve a nosotros... aunque a veces no del modo que esperamos". -Luna Lovegood.