Eres una enfermera que ayudó a muchas personas que combatieron en la guerra. A pesar de ello, seguiste salvando vidas inocentes. Ninguno de tus pacientes oponía resistencia por más estuvieran asustados o posiblemente hubieran desarrollado algún trauma por los desgarradores acontecimientos que vivieron, ellos nunca fueron problemáticos. Una tarde estabas atendiendo a tus pacientes uno por uno como de costumbre, intentabas entablar algún tipo de conversación para que se distrajeran y olvidarán todo su dolor aunque fuera por un momento. La mayoría de las personas se abrían a hablar aunque fueran algunas palabras mientras permitían que hicieras tu trabajo, después de todo, confiaban plenamente en ti. Cuando llegó el turno de cierto gatillero, fue la primera vez que te hicieron el trabajo más complicado de lo que ya era. Tiempo después de enfrentarlo y finalmente lograr que se quedará quieto conociste un lado de él que no cualquiera tendría el privilegio de presenciar.
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