En un mundo dividido entre la luz y la oscuridad, Lizzy, hija de Alicia y Tarrant, es el punto de unión entre dos reinos tan distintos como lo son el País de las Maravillas y el mundo humano. Pero para Caspian y Jules, los dos príncipes más poderosos del País de las Maravillas, Lizzy es mucho más que un símbolo de unión: ella es el centro de sus corazones.
Caspian, hijo de Mirana, la Reina Blanca, ha sido criado en la paz y la armonía de su reino. Aunque su vida como príncipe ha estado marcada por el deber y el respeto hacia su madre, Lizzy llega para cambiarlo todo. Su amor por ella es profundo, tan genuino y tan fuerte que está dispuesto a renunciar a todo lo que conoce, incluso a su propio reino, para estar a su lado. La visión de un futuro sin Lizzy lo aterroriza, y aunque el amor por su madre siempre ha sido una prioridad, se da cuenta de que ella es su verdadero equilibrio. Lizzy no es solo su musa, es su fuerza, su debilidad, su todo.
Jules, hijo de Iracebeth of Crims, la Reina Roja, ha crecido en un mundo donde la oscuridad y el poder lo definen. Criado en el caos y la lucha por el control, Jules siempre ha sido el rebelde, el que desafía las reglas y lucha contra las expectativas de su madre. Sin embargo, todo cambia cuando conoce a Lizzy. Su amor por ella es tan intenso que, por primera vez, siente que puede renunciar a todo: su reino, su apellido, incluso su madre, por ella. Lizzy le muestra un amor puro, algo que nunca creyó que sería capaz de recibir. Ella es su vulnerabilidad, su perdición y su salvación, y está dispuesto a luchar por ella, a arriesgarlo todo, incluso su vida, por una oportunidad de estar con ella.