Maeve Durchdenwald no esperaba que su vida cambiara gracias a un cartel ridículo que prometía formar la próxima banda de punk rock más famosa de la década. Pero cuando tu existencia es un desfile de sueldos miserables, pisos compartidos con tu abuelo y sueños oxidados, hasta la idea más absurda suena tentadora. Tras un cover improvisado de los Sex Pistols y varias pruebas catastróficas después, Maeve termina como la segunda guitarrista de una supuesta banda compuesta por cuatro chicos con más pinta de problemas que de músicos profesionales: Georg, el bajista que vive para contar chistes y ser un galán medio pelo; Gustav, el baterista serio con corazón de peluche que te ofrece galletas de limón antes de empezar los ensayos; Tom, el guitarrista principal que es una mala decisión con rastas, descaro y un aura insoportable de chico idiota; y Bill, el vocalista glamuroso que parece más modelo que cantante pero que en un solo screamer puede explotarte el puto cerebro. Entre acordes no muy dificiles de tocar, noches interminables y demasiadas decisiones cuestionables, Maeve reafirmará que el punk no solo es música: es caos, libertad y, quizá, la única oportunidad real de construir algo que valga la pena o medianamente sea divertido. ¿Sobrevivirá a sus nuevos compañeros antes de conquistar el mundo? Spoiler: lo más probable es que esté demasiado ebria como para averiguarlo. Bienvenidos al puto fin del mundo, tontos. Esto es Pink Pipper. Todos los derechos reservados. Prohibida su copia y/o adaptación. CUIDADO: Contenido sexual (no explícito), lenguaje inapropiado, violencia.All Rights Reserved
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