El contador Matthew Williams está acostumbrado a pasar desapercibido, ser ignorado y olvidado. Eso hasta que el repostero Francis Bonnefoy aparece como una ráfaga de color en su aburrida y gris vida. Esta historia pertenece a George deValier, yo solo me he encargado de traducirla. Tampoco me pertenecen los personajes de Hetalia que aparecen en esta historia. Espero que les guste.