El enciende su cigarrillo, yo no enciendo nada. El bebe alcohol, yo bebo agua. El hace una mueca, yo sonrió. El no me amaba, yo no lo amaba. Nosotros dos juntos no duraría un día. Los chicos malos eran todos iguales, sarcásticos y chicos atractivos que hacían a las chicas vulnerables. Ellos faltaban a la escuelas y si venían estaban ebrios. Ellos escogen pelear con los jugadores de fútbol. Jugaban con el corazón de las chicas para después de satisfacer sus necesidades botarlas. Ellos eran notorios y yo no me atrevía a caer por uno. Y luego el jugo empezó... El dijo que me encontraba, intrigante, única, interesante porque no enloquecía por el. "Tu y yo Grey. Juguemos un juego. Saldremos y en un tiempo de 3 meses prometo que te enamoraras de mi. Cuando te enamores de mi en ese tiempo, habré ganado. Y si de alguna manera, ganas dejare por completo el alcohol, cigarrillos, y ser un jugador." Era un juego. Yo no tenía riesgo de perder, pero todos los juegos tienen accidentes y consecuencias. Se necesita un corazón roto para saber como romper uno.
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