La vida como vampiro no era como lo retrataban las películas de horror, los días eran agónicamente largos y solitarios, las noches no eran mejores. Su única compañía parecía ser su guitarra... y la insistente mirada de Raphael.
La vida como vampiro no era como lo retrataban las películas de horror, los días eran agónicamente largos y solitarios, las noches no eran mejores. Su única compañía parecía ser su guitarra... y la insistente mirada de Raphael.
La mano del rubio se coló bajo la máscara del anbu acariciando su rostro suavemente, los azules lo veían con debilidad y un gran amor, Itachi se dejó hacer derramando sus lágrimas, lo abrazó a su cue...