En 1937 la folklorista estadounidense Zora Neale Hurston conoció en Haití el caso de Felicia Félix-Mentor, fallecida y enterrada en 1907 y a quien, sin embargo, muchos lugareños aseguraban haber visto viva treinta años después convertida en zombi. Hurston se interesó por rumores que afirmaban que los zombis existían realmente aunque no eran muertos vivientes sino personas so-metidas a drogas psi-coactivas que les privaban de voluntad. Sin embargo, no pudo encontrar datos que fueran más allá del mero rumor.