La colaboración

Si me preguntan no sé cómo habíamos llegado a este punto. No tengo idea de cómo es que podíamos actualmente estar los tres en una misma habitación sin que el mundo estalle en mil pedazos a causa de nosotros, pero más que nada no se de cómo es que llegamos de estar grabando un nuevo tema, a que me la estén chupando.

-no vamos a usar el auto tune en tu parte, para agudizar tu voz. - oí que le decía biza.

-pero, suena mejor- oí que se quejaba Tiago.

-no necesitas auto tune... abusas de él, es un desperdicio. - volvió a decir con tono tranquilo Biza, sin siquiera míralo.

-pero, suena épico cuan...- intento decir Gotti, pero Gonza lo interrumpió

-No, antes muerto- lo corto menos cero.

-yo qui...-

-shh, canta.- le dijo cortando las protestas de Tiago sobre querer usar el auto tune, Gotti le hizo caso no sin antes putearlo por lo bajo. Despacio comenzó a cantar, su voz era increíble como llegaba a las notas altas y las notas bajas. Como jugaba con su voz era maravilloso.

-que petero que sos Gotti eso fue épico. - lo elogie utilizando su muletilla favorita.

- ¿épico?, épicos son mis petes. - dijo riéndose

-y con esa boca, como para que no lo sean- le dije guiñándole el ojo, bromeando con él. solía joderlo así siempre. Lo que me sorprendió es que el esta vez en de sonrojarse e ignorar mi broma redoblo la apuesta.

-Los mejores. Sí queres después te muestro Lit.- dijo llevando su lengua contra su mejilla, en un gesto obsceno. A Biza no parecido agradarle la broma ni un poco. Uno pensaría que el problema eran celos, que le había molestado que otro chico se me insinuara, pero no. El problema no fue ese, no era que otro chico me deseara o yo a él. Lo sabía, a Gonza no le importaba eso, él sabía que era mi todo. El asunto tenía que ver con su manía de ser el mejor en todo y en ese momento la competencia era quien es el mejor haciendo petes, sonaba estúpido y lo era, pero a él realmente parecía importarle.

Luego de una discusión absurda y extrañamente excitante, termine siendo su conejillo de indias. Sin saber muy bien como habíamos llegado hasta este punto, donde tenía a mi novio y a uno de mis mejores amigos peleándose por chupármela. Gonza y Tiago se miraban el uno a otro con odio por sobre mi pija, parecía que en cualquier momento se agarrarían a las piñas. Siendo honesto, la situación me excitaba y asustaba por partes iguales, porque si bien ambos eran una ternurita en su estado normal, ahora me asustaban terriblemente. Ambos parecían estar en una guerra y mi cuerpo era el campo de batalla.

Mi pija no aguantaría otra discusión más. Era increíble tenerlos a los dos para mí, pero definitivamente apreciaría, más acción y menos discusión, pero era lo suficientemente inteligente como para no quejarme. No fuera cosa que se enojaran conmigo y terminara con un mordisco en la pija y no uno sexy.

Tiago fue el primero en dejar la discusión de lado, vi cómo le sonrió con sorna a Biza y volcó toda su energía en brindarme atención. Tomó mi erección con una de sus manos y lamió la cabeza, dejando que su lengua marcara un camino por toda la superficie como si cada centímetro de piel tuviera un sabor diferente y los quisiera probar todos. Cerré los ojos unos instantes y me permití disfrutar del momento, esa boca dios, había sido creada para esto estaba seguro. Sin poder evitarlo lleve una de mis manos a su mejilla y la acaricie mientras él tomaba mi pene entre sus labios, succionando suavemente e incrementando la presión a medida que dejaba entrar más y más de mi erección en su boca.

Dios ¿Cómo puede ser tan bueno? Me encanta, su sonrisita, su boca carnosa y rosada, sus manos fuertes que contrastaban con el esmalte rosa que estaba usando, sus ojos cafés que me miraban entre sus pestañas y mierda que amaba su lengua la que iba a llevarme al final si seguía así.