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Todos estaban ahí reunidos en ese jardín amplio y mágico, donde en realidad no había muchas personas... y quizá eso es lo que hacía que la tensión se sintiera mucho más.

Estaban a minutos antes de que se celebrará una boda, antes de que los novios hicieran acto de presencia y ahí parecía que se iba a desatar la tercera guerra mágica. Desde lejos Lucius Malfoy mataba con la mirada a... prácticamente todos.

Arrugaba la nariz con evidente asco como solía hacer Draco cuando era joven y a Harry Potter le hubiera resultado gracioso de no ser porque debía detener cualquier intento de homicidio como el auror que era. En un lado del lindo jardín Teddy, James (su hijo) y Sirius apostaban sobre quien maldecirá primero a quien. Porque al parecer Ron parecía muy dispuesto a confrontar de manera no muy amistosa al anciano estirado de Malfoy.

Por su lado, Narcisa parecía intentar contener de alguna manera a su esposo para que no interrumpiera la boda, porque en las arrastradas palabras del hombre: Un Potter y un Malfoy NO pueden casarse.

Y una sisañosa voz se oyó (que bien pudo ser de Ginny) diciéndole que hubiera sido peor y más gracioso que un Malfoy se casará con un Weasly. Y eso llegó a oídos de Lucius que palideció más de lo que debería ser normal.

Cada vez faltaba menos para que la ceremonia iniciará. Lo inevitable ocurrió. La tercera guerra mágica se desató. Nadie notó cuando todo se les fue de las manos; o cuando ya estaban a punto de duelo. Pero ahí estaban Lucius Malfoy, Molly Weasly, y Sirius Black, frente a frente con magia estrellado lámparas y copas; las cuales los elfos que contrataron intentaban reparar de emergencia, entrando en pánico porque en cuanto las reparaban se quebraban de nuevo.

— Lucius — Dijo Molly como un saludo inconforme.

— Weasly — Contestó Lucius con asco y miró al hombre junto a ella.— Black.

— Malfoy — Escupió Sirius con la misma cara de desdén.

De manera discreta los tres se llevaron la mano a la túnica en busca de sus propias varitas. Y dos siluetas fueron lo suficientemente rápidas para ponerse una junto a la otra, interrumpiendo la tensión.

— Harry, Draco. Encantados — Harry sonrió y señaló amigablemente a él rubio junto a él— Y ahora que parece que todos nos conocemos.

—¡Los vamos a sacar de la jodida boda como sigan así! Lo juro por la tanga de Merlín — Draco les dio una mirada afilada que compaginaba perfectamente con su tono siseante y amenazador. Era como una serpiente de cascabel... solo que albina y más peligrosa.

Los tres adultos tuvieron la decencia de verse avergonzados; de pronto sus invitados estaban pendientes del desarrollo de la escena. Lucius carraspeo y tomó su porte refinado.

— Pero Draco somos tus padres no puedes sacarnos.

— Oh no, puedo y lo haré. Pero solo a ti, Madre no está dando problemas como un maldito niño. — Malfoy levantó su respingada nariz retando con la mirada; hasta que Lucius desistió y Sirius se rió de manera burlona. Draco lo miró mal ahora. — La advertencia va para ti también, me importa una mierda que seas el padrino de Harry.

— No van a arruinar esta boda, y ni siquiera a empezado así que, decidan: ¿Se quedan o se van? — Harry los miró molesto y los tres adultos se apartaron de los otros un poco; dando una silenciosa respuesta.

Molly se distrajo un momento con la flor en la túnica de Draco Malfoy y se la acomodo en el ojal; como una tregua de paz. Harry por su parte se fue a hablar con Luna, que parecía muy entretenida con unas florecillas que crecían en el piso.

Cuando el ambiente estaba más tranquilo y parecía que el incidente anterior nunca ocurrió, Lili apareció de una pequeña cabaña blanca con un precioso vestido celeste. Ahí supieron que la boda estaba a punto de celebrarse.

Mientras el encargado del ministerio que iba a oficiarla acomodaba lo necesario; Harry se acercó a Malfoy.

— ¿Así que no vas a dejar que interrumpan la boda? — Su voz sonaba divertida de cierta manera.

— Es evidente; no estuve casi un año soportando a Scorpius con crisis existenciales sobre si pedirle matrimonio a tu hijo. Y creme que el que le haya dicho que sí, es una bendición. Sus crisis existenciales ya no son problema mío.

— ¿Entonces te alegras que tu hijo se case porque quieres delegarle tus problemas a Albus o porque en verdad te enorgullece?

Draco le sonrió como respuesta, una respuesta orgullosa y Harry se vio aún más divertido por la situación. El amable silencio se extendió entre ambos hasta que Potter volvió a hablar.

— Se que desde donde quiera que esté; Astoria está increíblemente orgullosa de Scorp — La nostalgia se filtró en la voz suave de Harry y Draco le sonrió con un genuino agradecimiento.

En ese momento de un lado del jardín apareció Scorpius en una túnica negra con arreglos en verde y del otro lado Albus lo hacía envuelto en una túnica blanca con adornos en un plateado que parecía tener toques azulados.

Al final todo había terminado bien y ahora oficialmente los Malfoy, y los Potter eran familia. Y eso significaba que automáticamente todos fueron adoptados por los Weasley 's.

El beso entre Albus Potter y Scorpius Malfoy después unir sus vidas en mágico matrimonio lo afirmaban. 

¡Nadie arruina esta boda!/ ScorbusWhere stories live. Discover now