Travesuras

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Vale, okey está todo correcto. Ahora solo queda esperar a ejecutar el plan. Jerbo entra en la tienda y hace lo suyo. Le vi entrar, empezó ha hablar con el cajero y ahí entramos Viney y yo, nos colamos cogimos varias bolsas de patatas y refrescos. Pero cuando estabamos apunto de salir el cajero se dió cuenta.

- ¡¡¡¡LADRONES PAGAR ESO!!!!-  Nos gritó al vernos.

En ese punto ya habiamos salido los 3 corriendo a toda velocidad, nos paramos en un callejón a unas 2 manzanas de la tienda para recuperar aire. Jerbo no paraba de reír, Viney tosía por la carrera y yo saltaba por la adrenalina. Se que esta mal lo que hacemos pero no podemos hacer otra cosa, solo unos chavales que han estado un 2 reformatorios, unos casos perdidos como nos dicen muchos. Nuestros padres son empresarios o cirujanos sin mucho exito y casi nunca están en casa así que nos las apañamos. Tenemos dinero de sobra para vivir bien pero sabemos que nuestros padres lo necesitaran para algo.

Jerbo y Viney son mis mejores amigos, desde que los conocí en el reformatorio no nos separamos. Volviendo a la huida, nos fuimos a la plaza del centro del pueblo donde se juntan todos los pijos o cayetanos como los queráis llamar. Nos sentamos en un banco y empezamos a disfrutar de lo robado.

-Guau no pensé que saldría bien.- Confesó Jerbo con una sonrisa en la cara.

-No ha salido genial pero al menos no hemos pagado.- Añadió Viney mirando las cosas en nuestras manos.

-Nunca pagos Viney.- Rematé yo con esa verdad.

Nos reímos, y empezamos a recordar anécdotas de cuando estábamos en el reformatorio o cuando hacíamos "bromas" a la gente de la calle. En eso llegó un coche muy llamativo, era una mini limusina, de ella salieron 5 personas, 2 adultos y 3 niños. La gente los miraba y ellos ni se inmutaban. Los dos adultos pararon en la puerta y le dieron un fajo de billetes a sus hijos los cuales agradecieron.

-Serán los Blight.- Dije con algo de asco en mi voz.

-Son los únicos tan estirados y confiados.- Prosiguió Jerbo observando las figuras totalmente rectas.

-Me dan asco.- Viney siempre tan sincera.

- ¿Y si les hacemos una broma?- Mis propuestas son siempre las mejores.

-Me parece.- Jerbo sonrió.

-Pero no les hagamos daño como a las últimas personas que les hicimos bromas.- Respondió Viney con una cara de sabelotodo.

- Tranquila Viney nadie le hará daño a tu crussshhh- Dije señalando a la señorita Emira Blight.

-Callate Noceda, vamos que los perdemos.- Con la cara totalmente roja Viney nos agarró del brazo y nos empujó para empezar a caminar.

Obedecimos y los seguimos, íbamos muy separados para no levantar sospechas. Iban parando en varias tiendas pero no entraban, siguieron caminando hasta llegar a una casita bastante acogedora. De ella salió una chica con el pelo azul oscuro junto a un chico más bajito que ella y con el pelo rizado. Los tres Blight salieron acompañados por esas dos personas pero igual le íbamos ha hacer la broma. Les seguimos hasta que llegaron a una de las calles menos transitadas del pueblo, estaba muy cerca del río.

-¿Les tiramos al río?- Pregunté rápidamente mirando a mis compañeros de travesuras.

-Sería muy cruel.- Jerbo tiene muy buen corazón pero se le convence rápido

-¿No lo somos?- Rebatí con una sonrisa malévola en la cara.

-Si, pero mejor darles un susto, ¿No crees?- Preguntó Viney intentando cambiar de plan.

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