Parte I

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Su respiración pausada, la relajación en su cuerpo y sus parpados sellados dejaban ver a una joven rubia completamente dormida en una cama tan cómoda y grande donde podía descansar, siempre ignorando el hecho de ser observada por un joven que no t...

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Su respiración pausada, la relajación en su cuerpo y sus parpados sellados dejaban ver a una joven rubia completamente dormida en una cama tan cómoda y grande donde podía descansar, siempre ignorando el hecho de ser observada por un joven que no tenía las mejores intenciones desde las sombras.

Él lleno de curiosidad la miraba de arriba a abajo, intentado encontrar respuestas que esperaba obtener cuando despertara, aunque no tenía muchas esperanzas considerando la falta de conocimiento que tenían los de su raza.

El leve movimiento en los cortos dedos de la chica captó la atención del hombre, este se preparó mentalmente para lo que vendría, entendía perfectamente su tarea y la completaría sin importar el costo.

Al ver que la chica volvía a su paraíso mental decidió dejar la espera y por fin acercarsey traerla de vuelta. La paciencia no era una de sus virtudes, lo cual era irónico considerando que tendría toda la eternidad para esperar.

Caminó a paso lento hasta la cama, la rodeó y se sentó a un lado del pequeño y blanco cuerpo. Parecía una hija de Krazel con la piel más fina que alguna había visto en uno de ellos.

Siempre pensó que estar tan cerca de una Chray le causaría asco y repulsión, pero teniéndola de frente se dio cuenta de lo equivocado que estaba, o quizá simplemente era que ya se había acostumbrado después de haber estudiado su comportamiento.

Sabía que ella no tenía la culpa de ser lo que era ya que venía de nacimiento, pero que descendiera de unas criaturas tan terribles le llegaba a molestar su simple presencia.

Con un suave movimiento rozó su mejilla solo para probar su teoría de lo suave que era, y no lo decepcionó, solo hizo querer más toque. No se contuvo y bajó su mano lentamente por su cuello hasta su hombro y parte de su brazo, explorando esa nueva sensación a la que tendría que acostumbrase.

Por su reciente toqueteo la chica comenzó a recuperar la conciencia y poco a poco fueron apareciendo sus sentidos, pero al hacerlo no pudo más que sentir terror de la oscuridad pura y el tacto de unos fuertes brazos masculinos.

Rio al ver su cara de espanto a través de la penumbra, pero cuando notó que gritaría se abalanzó hacia su boca para evitarlo, aumentando la tensión de la nueva compañera. Mantuvo su mano en el lugar haciendo fuerza mientras se movió hacia el interruptor que trajo la luz.

Ver su cara de frente y a todo color fue una nueva experiencia para él, mucho más para ella que pudo apreciar sus ojos a unos pocos centímetros.

Solo podía sentir terror al verse envuelta por un hombre desconocido en un cuarto que jamás había visto, sin contar el aspecto aterrador que éste tenía. Estos benefactores lograron poner miles de pensamientos en su cabeza en segundos, ninguno era bueno.

—Tranquila —empezó el chico quitando de a poco su fuerza en el brazo—. Lo quitaré, pero tienes que prometerme no gritar.

La chica solo podía mirarlo hiperventilando, con la adrenalina a todo lo que daba por sus venas, el tono del hombre no ayudó, pues su acento y expresión eran sacados de una película de terror. Por estos mismo motivos ella no parecía comprender sus palabras.

Princesa InfernalWhere stories live. Discover now