Prólogo

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Deidara, un chico rubio de temperamento fuerte y un carácter agresivo el cual queda completamente destrozado al ver a su amado Sasori muerto en batalla, sentirse culpable y miserable por no poder haber hecho nada para salvar a su amado. Amado el cual no correspondía sus sentimientos ya que para el su compañero Deidara solo era un estorbo, una carga, un niñato estúpido que no servía para nada más que para causar problemas con sus ataques de ira, un simple idiota que hacia figuras de arcilla explosivas y hacia llamar "arte", para Sasori eso era basura, algo muy infantil de parte del rubio, sin embargo aunque Deidara fuera tratado como un estorbo por parte de su amado maestro Sasori este no dejaba de amarlo, aunque el pelirrojo día y noche le recordara que no servía para nada, que el solo estaba usándolo para su beneficio propio, que hubiera deseado jamás conocerlo y que su "arte" era una idiotez, a Deidara no le importaba, le dolía saber que era considerado una carga sin embargo su amor por Sasori le impedía ver que el amor no era sentirse mal todo el tiempo ni dejarse tratar de maneras horribles por alguien que ni siquiera demuestra un poco de afecto por ti, si embargo el día de la batalla la cual arrebataría la vida de su maestro no pudo evitar sentir asco de si mismo, sentir que su amado tenia razón, el solo era un estorbo, nunca serviría para nada y su arte era inútil, ni con el pudo salvarlo. Deidara entro en una fuerte depresión la cual lo obligo a encerrarse y no comer por mucho tiempo por que todo le recordaba a Sasori y el simple hecho de pensarlo era doloroso.

Hasta que un día el nuevo miembro de Akatsuki y el cual seria su nuevo compañero llamado Tobi le lleva un poco de comida a Deidara, aunque llevaran muy poco de conocerse Deidara podía sentir una conexión especial con el pelinegro, quería tenerlo a su lado, sentirse feliz, sentir que no era una carga, que era especial y que la gente es diferente, que no todos eran personas horribles como Sasori.

Deidara estaba roto, de mil maneras lo estaba, sin embargo aun creía en el amor, sabia que tal vez alguien en todo el basto mundo podría amarlo y no hacerlo llorar como su fallecido amado, lo que Dei sentía por Tobi era amor, el lo sabia, aunque quería ocultarlo por más que creyera en el amor, Dei seguía sintiendo que no merecía ser amado por nadie, pero el tiempo lo ayudara a darse cuenta que si merece ser alguien especial, que merece amor y que Tobi tal ves lo amaba tanto como el lo hacia.




¿Me amas tanto como yo a ti? [Tobidei/Obidei]Where stories live. Discover now