Re en Mayo

Re en Mayo

Hoy sale mi single

Me gustaría que nos viéramos

Antes de que lo escuches

Y así, sin anestesia, Agoney contactó con él después de cinco semanas de silencio sepulcral y de ignorarlo frontalmente en un evento de moda seis días atrás.

— Raoul, ya puedes entrar.

Agradecido por el marrón que le estaban quitando, Raoul se levantó del sofá y entró por segunda vez a la sala de reuniones junto al despacho de Martos.

— ¿Qué tal? Siéntate, por favor, vamos a hablar un poco del posible contrato, pero tienes que conseguir un representante, Raoul —le dijo Martos, con sus ojos redondos fijos en él—. Si no quieres a uno de los nuestros, que sea quien tú quieras, pero no vamos a firmar nada si no hay más personas involucradas en el acuerdo. No queremos que nadie sienta que las cosas no se hicieron bien dentro de diez años ¿entiendes?

Un poco sorprendido por aquél comienzo y con los mensajes de Agoney en la cabeza, Raoul asintió y trató de no parecer muy tieso en la silla.

— Las canciones están bien. Desde que escuché Amor y Roma he sabido que estábamos ante algo. Es de esas canciones que gustan a primera escucha y la otra... Hitting the Love —masculló Sebastan Krys ojeando unos papeles que tenía delante de él— puede volverse un hit de discoteca. Habría que remodelar, claro.

Raoul, que ya había pensado sobre ello, se apresuró a intervenir.

— Se podría hacer versión house o un poco carioca, todo el peso lo lleva el ritmo. Lo he intentado, pero todavía no...

— Sí, Raoul, sobre eso...

Martos y Texido cruzaron miradas y Raoul se sintió fuera. Empezó a mover la pierna con nervio.

¿Qué pasa? Yo también entiendo de esto, puedo saber...

Estaba capacitado para hacer música, lo había descubierto. Que no le apartasen.

Era todo lo que tenía.

—... deberías dedicar menos tiempo a la producción y más a la composición. Es algo que nadie sabía que se te daba bien. Cultivarlo es algo bueno, no tienes que hacerlo todo. Para eso estamos nosotros.

— Pero yo...

— Raoul —le interrumpió Texido. Era raro oír su nombre tantas veces de boca de alguien así. Nunca antes habían hablado, pero todos en Universal conocían al, de facto, propietario de todo aquello. Señor de la Música—, esto es como una familia. Nos portamos así. Cuando un artista entra bajo nuestra ala empezamos a considerarlo nuestro hijo, nuestra responsabilidad. Pero igual que en todas las familias, hemos descubierto que no todos nuestros hijos necesitan las mismas cosas.

» Tú, que tienes un contacto cercano con otros artistas de la familia Universal lo estarás notando más que nadie y no me gustaría que eso causase problemas. Los acuerdos que tenemos con otros no tienen que ser los mismos que tenemos contigo.

— Lo que Hugo quiere decir, Raoul —volvió a interceder Martos—, es que contigo queremos hacer un acuerdo mayor que con otros y eso es algo bueno —chasqueó la lengua—, por eso quiero que tengas un representante cuando antes, Raoul, alguien que sepa de primeras de qué estamos hablando y vele por ti.

Raoul tuvo que agachar la cabeza para esconder su expresión: si necesitaba que alguien velase por él ¿era porque ellos no lo harían?

Había sido un fallo demasiado obvio en las palabras de Martos y nadie en la sala trató de corregirlo u ocultarlo, así que...