Parte 1: Que no salga la luna

866 82 17
                                    

El comisario Volkov bajó de su patrulla y caminó hasta la entrada del taller. La persiana estaba levantada, por lo que pudo entrar al establecimiento sin percances.

Se sorprendió al ver que no había casi nadie. Ninguno de los ruidosos muchachos que solían trabajar allí estaban presentes. No quería ni pensar dónde estarían.

Solo logró encontrar a un hombre que estaba inspeccionando el motor de un auto con el capó abierto.

Se acercó a él y a simple vista no logró reconocerlo.

-Disculpe, ¿Se encuentra Diego García?- El joven volteó a verlo y vio su rostro por primera vez.

Era tan alto como él, tenía una cresta rojiza y la piel bronceada. Su rostro esculpido tenía manchas negras de grasa. Su overol azul estaba abierto en la parte superior, dejando ver sus musculosos brazos. Su abdomen se marcaba debajo de la camiseta blanca que llevaba y todo su brazo izquierdo estaba cubierto por tatuajes que parecían seguir bajo la ropa. Un rosario de oro puro adornaba su cuello.

Volkov sintió un extraño calor recorriendo su cuerpo. No lo había visto antes. ¿Quién demonios era?

-No, ¿Quién lo busca?- El joven tomó un trapo y comenzó a limpiarse las manos mientras se acercaba a él con un andar seguro.

Volkov se sintió raramente nervioso, pero se aclaró la garganta y mantuvo la compostura.

-Soy el comisario Viktor Volkov.

El joven levantó las cejas al oírlo y con un descaro absoluto lo miró de abajo hacia arriba, examinándolo.

-Soy Horacio García- Le regaló una cálida sonrisa y extendió su mano, dejando ver algunos anillos y brazaletes de oro. -Soy hijo de Diego- Volkov le estrechó la mano y se sorprendió al saber que era hijo de ese hombre, no lo hubiese adivinado, físicamente no se parecían en nada. Al parecer, Diego tenía muchos más hijos escondidos de los que creían. -Mi padre no se encuentra en estos momentos, ¿Puedo ayudarlo en algo?- Se ofreció cortés.

Al tenerlo más cerca, Volkov descubrió que los iris del joven eran de diferentes colores. El izquierdo era verdoso mientras que el derecho era color café. Pecas casi imperceptibles adornaban sus mejillas y un piercing decoraba el lado derecho de su nariz. Debía admitir que su rostro era muy atractivo, aun con las manchas negras.

No supo cuánto tiempo se quedó prendado viéndolo, pero internamente rogó que no fuera tanto como creía.

-En la patrulla tenemos a Luca- Logró salir de su ensoñación y señaló la entrada donde estaba estacionado su coche. -Lo atrapamos intentando asaltar una licorería- Horacio bufó y rodó los ojos. -No tenía armas de fuego, solo un arma blanca- Explicó. -Al ser menor de edad, no podemos retenerlo en la comisaría, por lo que, buscaba al adulto a su cargo para que pague la multa.

Horacio lo miró apenado.

-Me disculpo en nombre de mi hermano, es un crío, no sabe lo que hace, comisario- Parecía estar genuinamente avergonzado. A Volkov le extrañó su actitud, Horacio no parecía un García, no se asemejaba ni a su padre, ni a sus hermanos, era más civilizado. -Me temo que no sé cuándo regresará Diego, pero yo soy el hermano mayor de Luca, puedo ser su adulto a cargo.

-¿Tiene algún documento que avale su identidad?- Horacio lo miró confundido, no esperaba que desconfiase de él. -Es parte del procedimiento, debo verificarlo, no podemos dejarlo con alguien que no cumpla con la figura de tutor legal.

Horacio asintió poco convencido, rebuscó en su bolsillo y sacó una tarjeta. Se la tendió y el comisario la tomó.

"Horacio García, nacido en Los Santos en el año 1992." Tenía 29 años, calculó con rapidez. Pensó que aparentaba ser más joven, debía ser por su buen estado físico.

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Feb 09, 2021 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

El mal querer - Volkacio (+18)Where stories live. Discover now