Capítulo único

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Está cerca de la tienda de una pastelería, se dirige hacia allí porque es una fecha importante y quiere regalarle donas especiales.

Algunas personas van apresuradas llevando flores, otras van acompañadas llevando a su pareja de la mano. Es un día agradable, tonalidades rojas predominan a su alrededor aunque comparados con la armadura, les falta brillo. Ríe de su propio pensamiento, Stark siempre está lustrando su armadura, es obvio que tendrá esa chispa que un globo no podría.


" Ya se han enviado agentes para..." 

Como un murmullo que quería escapar de sus oídos, poco a poco el mensaje se fue distorsionando, volviéndose lejano e inentendible.


De un momento a otro va acelerando el paso, se recrimina con dureza, le duele el pecho y no sabe si es por la culpa o porque ya está corriendo contra sus límites. Siente que le falta el aire, los pulmones duelen justo como antes del suero.

Ha recibido una llamada de... ¿Shield? No está seguro, solo sabe que el avión en el que viajaba Tony ha caído. Tiene la esperanza de que  no se haya hecho muchos rasguños. 

Porque no hay manera de que Ironman, el héroe que se ha enfrentado a dioses, alienígenas y sobrehumanos, haya caído de gravedad por un simple accidente; aunque siempre existe la posibilidad de que sea un ataque adrede, Tony no iba a dejarse vencer muy fácil, su Tony era un terco que iba contra la corriente, el uno en un millón.

Porque hoy es San Valentín, el día en que le regalaba a Tony uno de sus dibujos, una simple hoja de papel con trazos que intentaban imitar esa esencia imposible de su egocéntrico Stark. Bailaban- o al menos lo intentaban- una canción de su época, una lenta, suave, con un toque nostálgico que el castaño le confesó que le hacía sentir liviano y transformaba sus recuerdos con en el alcohol, en una ilusión donde, después de una solitaria noche, se distorsionaba hasta insertar la imagen en la que despertaba en sus brazos. Steve admite que desde allí se obsesionó un poco con demostrarle que era querido y sentía calidez cuando recibía tratos similares de su parte.


"Noso-tros... situación... restos..."

Hubo interferencia y quiso maldecir.


Se detiene en una esquina, está con la respiración agitada de tanto correr. No encontró la llave de su motocicleta y no perdería el tiempo buscándola, su escudo... Eso tampoco estaba. Todo es muy extraño, no sabe ni porqué, pero tiene una opresión en el pecho, como un mal presentimiento. Es como cuando despertó del hielo: se sentía perdido. 

El lugar en el que se encontraba era tan grande, los edificios altísimos como murallas que lo encierran, la imagen lo ahoga, todo es tan iluminado, luces carmesí se adentran con fuerza en su mente y aun cuando parpadea sigue allí. ¿Qué hace rodeado de tanta gente? ¿Qué hace un chico de Brooklyn deambulando entre las calles de una ciudad desconocida? ¿Qué debe hacer?

Empezó a caminar más lento, el cansancio lo jalaba. 

No muy lejos vio un parque bullicioso, tuvo ánimos de ir pero el ruido lo aturdía, gritos y risas de niños corriendo de un lado a otro eran atrayentes por la alegría pero al mismo tiempo le causaban una incomodidad, quería ir a un lugar mas tranquilo y no pudo, una estatua que se erguía blanca y orgullosa entre los árboles llamó su atención. Inevitablemente fue atraído por un reconocimiento inexplicable.

Sobre ti ahoraWhere stories live. Discover now