Capítulo único

5K 291 39
                                    

Recuerdo perfectamente el día en el que mi padre se fue, como mi madre le gritaba que nunca volviera, pero al mismo tiempo parecía estar esperando que se quedara, como la pequeña Leslie miraba sin comprender la maleta que permanecía en medio del salón, mientras apretaba con fuerza mi mano y el miedo recorría cada parte de mi cuerpo manteniéndome tan inmóvil como aquella maleta, hasta que mi padre se acercó a nosotras y nos sonrió con tristeza intentando disimular las lágrimas que ya amenazaban con caer.

-Volveré ¿vale? Recordad que os quiero.

Y nos dio un beso en la frente, primero a mí, que todavía no podía creerme lo que estaba pasando y luego a mi hermana, quien le preguntó:

-¿Por qué lloras papá?

Él le sonrió y repitió ahora en un susurro.

-Volveré.

Lentamente cogió la maleta y se fue.

Cuando escuché el sonido de la puerta cerrarse fue cuando todo a mi alrededor cambió. Mamá comenzó a gritar, más incluso que antes, y desde el balcón tiraba las pocas pertenencias que mi padre había dejado tras de sí, Leslie continuaba mirando la puerta como si esperara que fuera a volver, hasta que de repente soltó mi mano y corrió hacia su habitación. No la seguí, tampoco intenté impedirle a mamá que tirara lo poco que él nos había dejado, ni siquiera empecé a llorar, solo seguí mirando la misma puerta que acababa de aclarar lo que era evidente, repitiéndome continuamente las dos palabras que se escondían tras los gritos de mi madre, las sonrisas tristes de mi padre y ahora los llantos de mi hermana, esas dos palabras que se repetían en mi cabeza y que dejé escapar en un susurro:

-No volverá.

Pasaron los días y la situación no mejoraba, mama estaba de peor humor y llegaba tarde a casa mientras Leslie no dejaba de preguntar cuando volvería papa. Así que después del colegio quedé con Mason para ir al parque.

-No lo entiendo, dijiste que ya eras mayor para ir al parque ¿Por qué ahora quieres ir?

-Ya no quiero ser mayor Mase, estoy harta de los mayores, son aburridos, se pasan el día trabajando, gritan mucho cuando se enfadan y cuando les quieres se van.

Entonces me miró a los ojos y me respondió.

-Yo siempre estaré contigo  Kenzie, siempre.

Mama todavía no había llegado a casa y Leslie quería que le leyera un cuento para dormir así que fui a su habitación pensando en alguna historia que poder contarle. Ella se acurrucó en la cama y me miró sonriendo impaciente por que empezara a contarle la historia.

-Erase una vez una princesita que se llamaba Leslie y que tenía que tomar una decisión, debía escoger quien sería su príncipe azul de entre todos los chicos del reino porque…

-¿Sabes que Kenzie? Hoy ya he tomado dos decisiones, la primera es que no quiero que me llamen Leslie, a partir de ahora soy  Les, y la segunda es que no quiero un príncipe azul porque no me quiero enamorar.

-Leslie…

-¡Es Les!

-Les… solo tienes cinco años, aún no tienes edad para enamorarte, es solo un cuento.

Pero ella no respondió, miró por la ventana como tantas veces durante estos días, sin embargo por primera vez no preguntó si papa volvería.

Empecé a culpar a mi padre de todo, él se fue y por eso mama estaba triste y ahora por eso Leslie no quería enamorarse y ahora yo… yo no sabía qué hacer. Aun así empezaba a importarme cada día menos que se hubiera ido, no le necesitábamos, las tres juntas estábamos bien, Leslie seguía obligándonos a que la llamáramos Les, incluso a sus amigos del cole, pero ahora ya tenía novio… tan pequeña y no había quien la entendiera, aunque había decidido no preguntarle por el asunto, esa niña parecía tener respuestas para todo. Mamá continuaba saliendo por las noches y a veces volvia a casa demasiado tarde pero mientras la situación no empeorara todo era sostenible. Sonará egoísta pero en ese momento lo que más me preocupaba era lo que después de todo debería hacer yo. Hoy volvería al colegio y se suponía que tendría que hacer como siempre, solo esperaba que nadie se hubiera enterado de la reciente desaparición de mi padre, quien según lo que mi madre aseguraba cuando bebía demasiado “ya estaba con otra”. Salí a la calle y me dirigí a la casa de enfrente, hoy mamá le había pedido que me llevara al colegio porque Leslie se había puesto malita, nunca había hablado con esa señora y mi madre no era de las personas que piden favores a gente que no conoce pero el padre de Mason se negaba a tener coche y el pobre Mase siempre llegaba tarde al cole por culpa de esto, no podía pedirles que me pasaran a buscar, así que en otras palabras a mamá no le quedaba otra, a parte el hijo de la vecina iba a mi clase así que en realidad ni siquiera le importaba llevarme.

One Shot: Mi Plan D "El principio de todo"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora