t a c t o

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—Nee nee, sensei, estás escuchando?—Reclama su pupila en un tono animado, a la par de una ligera inclinación que hizo con la cabeza.
Gojo asiente, pero de todas formas la chica no esperó encontrar una respuesta y siguió con su relato.—Entonces Fushiguro solo llegó volando hasta mí y caí sobre las piedras, pero el dijo que fue porque Kugisaki se enfadó y le soltó una patada, además...

En realidad no le escuchaba. Las palabras entraban huecas por sus oídos y salían de la misma forma. En ese momento toda su atención está solo en ese par de muslos apretados y carnosos que reposan en sus manos.

Volviendo unos minutos atrás, Gojo aquella mañana estaba especialmente acelerada, tenía que hacer unas cuantas diligencias que no había dejado de posponer hasta ese momento. Así que únicamente estaba dirigiéndose a la salida de la escuela cuando vio a su grupo de estudiantes armando un escándalo en el patio.
Nobara y Fushiguro estaban en medio de una acalorada discusión para decidir quien tiene la culpa por la "caída", cosa que la peliblanca no entendió al principio, luego a unos metros estaba Yuuji, quien estaba extrañamente tirada en el piso.

Gojo puso una de sus manos en su cintura, arqueando una ceja extrañada.
La chica se levantó rápido, y sacudió su falda, dejando perfectamente a la vista un par de rodillas ensangrentadas y raspadas. Gojo suspiró, y sin decir una palabra tomó a la chica en su espalda.

—Como sea sensei, yo estoy bien, no te preocupes, solo es una raspadita. Puedo llegar sola a la enfermería, si?—Yuuji pide, acercándose a los oídos de su sensei, de manera que la despierta de sus pensamientos mientras aprieta levemente los delgados hombros de la susodicha en una forma de llamar su atención.

—¿Piensas que dejaré a mi pequeña alumna caminar por ahí desangrandose? Claro que no Yuuji-chan.—Exagera, en un canturreo ligero. Es verdad que solo eran unas heridas exteriores, pero eran bastante feas, Gojo no puede evitar preocuparse.

—Mm.—Ella asiente, callando unos segundos.—Nah, puedo caminar sola. Además, estás caminando muy lento sensei, debo pesar demasiado.

La superior hace oídos sordos a la chica que yace en su espalda y continúa con su lenta caminata. Claramente Yuuji no le parecía especialmente pesada. Y en realidad tenía que admitir que estaba siendo egoísta.
Pero es que no siempre tenía la oportunidad de tener encima el esbelto y tan bien proporcionado cuerpo de Yuuji-chan.

Sus ojos bajo la venda recorren nuevamente los muslos que se asoman a cada costado de su cintura. Sin pelos en la lengua podría gritar a los cuatro vientos lo mucho que estaba disfrutando ese momento.

Y es que puede sentir el suave aroma personal de la muchacha por todos lados, mientras los bordes de su sedoso y esponjoso cabello cosquillean en su cuello.

—¡Enserio sensei, yo puedo ir sola!, esto es vergonzoso...—Se queja, pero a los segundos suspira y deja caer su rostro entre el cuello y el hombro de su maestra. Deja caer sus brazos y decide simplemente dejarse hacer. Suspira con su tibio aliento sobre el pálido cuello de su sensei.—Nee, sensei. Tu cabello huele tan bien. ¿Usas algún producto en especial?

—Umm, no en realidad.—Suelta palabras vagas, a pesar de que efectivamente era una mujer disciplinada a la hora de cuidar con rutinas y productos su largo cabello, su mente decide olvidar todo aquello en lo que se tenga que pensar en algo que no sea Yuuji y la repentina cercanía de su cuerpo.

La muchacha asiente y vuelve a relajarse sobre su espalda, y Gojo se siente extrañamente ansiosa. Ahora podía sentir los suaves pechos de su alumna apretándose sin piedad contra su espalda.

Gojo sabía bien que la peculiar Itadori Yuuji era una chica bien dotada. Varias veces ha presenciado su cuerpo desnudo en los vestidores, y a pesar de ser ella una persona que optaba por usualmente usar sudaderas anchas, su cuerpo nunca terminaba por disimular sus curvas.
O a Gojo nunca se le pasaban desapercibidas.

Tacto. ♡Goyuu Fem♡Where stories live. Discover now