¿Me Casaré?

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Era un día como cualquiera y Senku estaba en el laboratorio de su escuela, en donde se encontraba mezclando unas sustancias químicas para su próximo proyecto, estaba tan concentrado que no se dio cuenta que alguien había ingresado.

-senku!!! —entró un muchacho de cabello castaño.

-Chrome ¿pero que crees que haces gritando de esa manera tan temprano?—lo dijo irritado—casi echas a perder lo que estoy haciendo.

-lo siento pero vine a avisarte que el profesor está llamándote. Ahora mismo tenemos clases ¿Acaso no escuchaste la campana?.

-¿eh? Si lo escuche solo que aún no quiero ir. Las clases son aburridas, los profesores siempre hablan de cosas que ya sé. Además mis calificaciones son buenas, no veo ningún problema para dejar de no ir.

-puede que tengas razón Senku pero el profesor dijo que si continuas sin asistir a clases hablará seriamente con el Director por tu comportamiento. En lo personal pienso lo mismo ¿no estás abusando sobre los permisos que te dan? Me tienes prepcupado

-no tienes que preocuparte por eso, ya veré que hago después pero ya que insistes demasiado solo por hoy iré a clases—camina hace Chrome—vamos que se nos hace tarde.

-eres todo un caso Senku—rodando los ojos.

En otra parte del mundo una chica de cabello rubio se encuentra peleando con unos chicos más grandes que ella. Su padre es el dueño de un dojo y ella es la encargada de enseñar sobre esta disciplina, en este lugar Kohaku es la chica más respetada y no sólo por su absurda fuera y habilidades que tiene por las artes marciales sino por su bondad con todas las personas. En eso es Suika, su hermana adoptada que ingresa al lugar en donde Kohaku y el otro chico se encontraban peleando y por poco casi golpea a la pequeña de un descuido. Sin embargo, es gracias a la rapidez de Kohaku que está no sale lastimada.

-Suika!! Sabes muy bien que no puedes venir aquí, este lugar es muy peligroso para los niños.

-lo siento Kohaku chan pero papá Kokuyo la está llamando para cenar.

-esta bien, no te pongas triste no me moleste contigo. Mejor vamos que no queremos hacer esperar a papá.

Ambas salen del dojo y entran a casa

-papá, ya traje a Kohaku—dijo la pequeña.

En eso la mayor de las hermanas sale a recibirlas.

-kohaku, Suika al fin ya están de vuelta. Pasen la cena ya esta servida. Suika ve a lavarte las manos.

-Si—dijo la pequeña para luego irse a lavarse sus manos.

-gracias por recibirnos Ruri neesan pero ¿dónde está papá?

-ah eso—esta hablando con uno de sus amigos, ya sabes de qué —bajo la cabeza.

-ah si, de eso—rodó los ojos—no puedo creer que nos haga esto. A pesar de los años ese viejo no madura.

-kohaku!!! No digas esas cosas de papá, sabes que lo hizo por nuestro bien. Ahora la situación está un poco mal pero sé que pronto mejorará—la miro con una sonrisa.

-esta bien, ya no diré nada vamos a cenar de una vez.

Cuando las tres hermanas se encontraban en medio de la cena su padre Kokuyo las vee y se las une a comer.

-¿recién te acuerdas que tienes hijas? —dijo kohaku irritada por su presencia.

-kohaku!!—dijo Ruri por la actitud de su hermana.

-tranquila Ruri, se como manejarla.

-¿de verdad? ¿Vas a vender a alguien más de la familia?

Contrato de amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora