66. MENDING

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Pasa una semana, ya que no han pasado muchas cosas desde entonces. Por la mañana, estaba sentada en la sala común, cuando vi a Draco entrando a la sala común. Su traje negro estaba arrugado mientras que su cabello estaba desordenado. Se frotó los ojos cuando pude ver las bolsas debajo de los ojos. Me miró a los ojos.

—¿Qué estás haciendo aquí?.—Pregunta mientras bosteza.

—Podría preguntarte lo mismo.—digo.

—Esta es la sala común de Slytherin—

 —¿Dónde estabas?.—Pregunto.

Balbucea.—Solo... en la biblioteca... y me quedé dormido en la parte de atrás.

—¿Y qué estabas haciendo en la biblioteca?

—Estudiar... supongo... tenemos algunos exámenes este año.—murmura.

Asiento con la cabeza.

—Está bien.—me levanto de mi asiento.—Volvamos a la biblioteca y estudiemos juntos.

Él se ríe.—¿No tienes clases?.—él pregunta.

—¿No es así?.—sonrío.

Suspira.—Solo porque me salte la clase, no significa que debas hacerlo conmigo—

—Vamos a la biblioteca Malfoy, te guste o no.—dije.

Él gime.—Está bien, pero necesito prepararme.—dice.

Asiento con la cabeza.—¿Qué estás esperando?.—Pregunto.

Sonríe un poco antes de comenzar a subir las escaleras hacia el dormitorio de los chicos cuando se da la vuelta para mirarme.

—¿Bien? ¿Vienes o no?.—pregunta.

—Oh, está bien entonces.—murmuro antes de seguirlo escaleras arriba. Pasamos por varios dormitorios hasta que llegamos a la suya. Abre la puerta con sus llaves y luego abre la puerta. Entro primero, mientras él entra después de mí.

Cierra la puerta detrás de nosotros.

—Voy a darme una ducha, ¿de acuerdo?.—él pregunta.

Asiento un poco antes de que entre a su baño.

Miro alrededor de su dormitorio, ya que era del mismo tamaño que el mío. Tenía una cama king en el lado de la habitación con un gran armario. Había una ventana enorme, donde su búho estaba sentado en el marco de la ventana. Me siento en su cama mientras esperaba a que Draco terminara de ducharse.

Después de unos minutos, salió con su uniforme de Slytherin con el cabello todavía un poco húmedo. Me río mientras me levanto de su cama.

—Sabes, una cosa sobre ti, eres muy ordenado.—digo.

Él sonríe.—¿Eso es algo malo?.

—No, en absoluto, es muy sorprendente, especialmente viniendo de ti.—digo.

Su sonrisa se ensancha hasta que agarra su varita de su escritorio.

—Está bien, vamos.—Dice. Asiento con la cabeza antes de salir de su habitación y comenzar a caminar hacia la biblioteca.

[...]

Entramos a la biblioteca cuando nos sentamos en la parte trasera de la biblioteca, como solíamos hacer.

—Voy a buscar algunos libros de hechizos y pociones.—dice. Asiento con la cabeza cuando se va, caminando hacia la sección de libros. Dejé todos mis libros y notas cuando regresó con varios libros con él.

Me río entre dientes.

—¿Exactamente cuántos libros obtuviste?.

—Alrededor de 25, creo.—dice.

—Cierto.—digo antes de comenzar a leer algunos de los libros y leer la información. Nos quedamos allí durante horas en la biblioteca, estudiando casi todas las materias. A veces me acostaba en los brazos de Draco mientras leía algunas notas, o jugaba con mi cabello si estaba leyendo algunos libros. De vez en cuando, nos reíamos de algo completamente tonto antes de continuar estudiando.

Pasé algunas páginas de un libro, cuando me di cuenta de que se trataba de reparar objetos.

—No necesitamos este libro, es para arreglar objetos, no necesitamos eso.—dije mientras casi lo ponía sobre la mesa, aunque Draco me agarró del brazo rápidamente.

—Lo necesitamos.—dice.

Fruncí las cejas.—¿Necesitamos aprender a reparar hechizos?.—Pregunto.

—¡Bueno, sí! Nunca se sabe lo que habrá en el examen, es mejor prevenir que lamentar.—Murmura.

Asentí lentamente cuando lo miré, mientras se agarraba a su brazo izquierdo como solía hacer.

—Lo siento, siempre te agarras del brazo como si tuvieras dolor, ¿qué es—

—Es sólo un... sarpullido... se ve bastante mal, realmente no quieres verlo.—dice.

Me burlo.—Déjame verlo, tal vez esté infectado o algo Draco, te ha estado matando por semanas, déjame verlo.—dije.

—N-no... no es... bonito.—dice.

—No espero que sea Draco, déjame verlo.

—Lucinda, solo... no te preocupes por eso.—murmura.

Lo miro por unos segundos hasta que suspiro y miro hacia otro lado.

—Lo siento, solo digo que es bastante repugnante.

Asiento con la cabeza.

—Está bien, está bien.—digo.

—¿De verdad?.—él pregunta.

—Sí... supongo... lo entiendo.—murmuro. Me da una pequeña sonrisa antes de empujarme hacia un beso suave y apasionado.

ENEMIES | DRACO MALFOY ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora