No hay mucho de qué hablar, o tal vez la cosa es que no hay nadie quien realmente lo escuche.
Su voz está pegada al corazón de su padre, después de la muerte de su madre no tuvo otra opción en realidad.
Ya no lo recuerda muy bien, era un hechizo verbal o algo así lo que podía convertirlo en humano, así como a mamá pero su madrastra Jennifer convenció al hombre, tomar su voz, dejarlo en el mar al borde de Beacon Hills y no dejar que nadie se acerque a su hijo más que él en realidad, el único que puede escucharlo.
Es un monstruo, merece lo que le paso.
Pero papá no es malo, en realidad es un gran hombre, trae comida todos los días ¡Y a veces le trae papas fritas y regalos!
Es suficiente.
– ¡Stiles! –Le grita su papá. Stiles aletea nervioso al escucharlo, buscando salir de su escondite donde guarda todas las cosas humanas que tanto ha mantenido escondidas de su padre dentro de la arrecife.
– ¡Papá, hola! No te esperaba tan temprano –Dice Stiles con una sonrisa dejándose salir hacia la playa para ver a su papá, está apunto de abrazarlo pero Noah se aleja. –Uhm... ¿Hice algo, papi?
Noah frunce los labios y niega.
–No, pececito, es solo que los Hale están construyendo una casa cerca de aquí así que te sacare pronto ¿Si hijo?
– ¿Voy a volver a casa, papá? –Pregunta Stiles entusiasmado. Baila dentro del agua felizmente ¡Por fin volverá! Extraña tanto poder usar sus pies y escuchar música.
Un recuerdo lo invade, su mama escuchando música, tomando sus pequeñas manos para bailar junto a él con felicidad, todavía puede recordar la canción en su cabeza, extraña tanto bailar.
Noah gime poniendo su mano sobre la frente frustrado.
–No, hijo, yo... –Murmura.
La expresión de Stiles cae al escucharlo. –No vas a llevarme... -Murmura triste metiendo su cabeza un poco al agua, Noah lo ignora.
–Te traje algo –Dice Noah sacando la insignia de su bolsillo y dándosela a Stiles quien la mira con admiración pero aun así, tristeza. –No vendré en un tiempo, tal vez varias semanas, así que quédate donde nadie te vea, si alguien te ve...
–Van a matarme como a mamá –Murmura Stiles, siente como si el agua se volviera más fría a su alrededor por la tristeza que siente.
–No debe de ser fácil, cariño, sabes que hago lo mejor para cuidarte.
Stiles asiente dándole una sonrisa de lado mientras acaricia la insignia, un nuevo regalo para guardar.
Noah no se queda mucho tiempo, solo el suficiente para escuchar a su hijo sobre cualquier parloteo interesante, como chismes sobre peses, para irse cuando es demasiado aburrido seguir haciéndolo.
Entonces Stiles se queda solo mientras los días pasan, de nuevo.
No importa si papá lo ve, no sabe cuánto tiempo ha pasado y no ha vuelto, solo quiere sentir un poco el sol.
Se deja caer sobre la arena, abriendo los brazos para poder sentirla sobre su cuerpo junto al sol. Estar fuera del agua es como estar vivo, como si el mundo no se hubiera puesto en pausa como antes.
Comienza a tararear, aquella canción que su mamá tanto amaba, era tan hermosa.
– ¡¿Qué diablos haces ahí?! Es propiedad privada. –Grita alguien en su dirección.
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