En la oscuridad.

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Imágenes y personajes no me pertenecen todo el crédito a sus creadores.


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Capitulo 1

¨La muerte, es solo el principio. ¨



Eran años de encierro y de tediosa soledad. Un chico de 20 años preso de su propio cuerpo razón por la cual no podía salir al exterior. Una rara enfermedad en la sangre que causaba ampollas en su piel cada que la luz, cualesquiera que fuera, tuviera contacto con su pálida piel. Prácticamente vivía entre penumbras alumbrado por luces de velas o quinques. Se desarrolló como cualquier niño normal hasta la edad de diez años en que se manifestó la enfermedad de una manera violenta. Todo su cuerpo se llenó de pústulas que terminaron en llagas abiertas, causando una severa infección, después de aquella excursión al campo durante su educación primaria. Paso un año en tratamientos, estudios y curas novedosas, pero . . .nada daba resultado. Su madre se divorció y decidida a cuidar a su hijo se encerró en una casona, herencia de sus padres en Alemania, procurando todas las comodidades para su único hijo mientras buscaba una cura. Cómo era de esperarse el padre encontró otra mujer con la que tuvo un hijo el cual a la fecha tenía 16 años. La madre de Sesshomaru molesta e iracunda, despojó a su ex esposo de toda la fortuna perteneciente a su familia. Toga trató de demandar, pero nada pudo hacer, ahora vivía modestamente sin lujos en una casa de dos plantas en un barrio bastante aceptable. Trabajaba como subgerente de una fábrica de alimentos, recientemente le otorgaron un aumento de sueldo y un ascenso. Irasue ya tranquila, vivía feliz al lado de su único hijo al cual rodeaba con lo mejor, El joven por línea se encontraba cursando la educación Universitaria en bioquímica, pues pensaba dedicarse a desarrollar una cura para su rara enfermedad. Era un joven callado, adusto y serio, alto de un metro noventa, ojos dorados y cabello como la ceniza, de piel blanca casi traslúcida por la nula exposición a la luz. En la calle donde estaba situada la casona era un área exclusiva y elegante, no obstante, bastante concurrida, más allá de los altos muros dónde a varias cuadras se encontraba una escuela preparatoria. Todos los días, se habían convertido en una rutina para Sesshomaru . . .ver pasar los grupos de jóvenes que cruzaban por la calle, en patines, patinetas, a pie o corriendo, pero con la vitalidad y la libertad de la que él no podía gozar. Había una chica en especial, a la que todos los días sin excepción molestaban los grupos de jovencitas, Le gritaban groserías o la insultaban por su aspecto desgarbado e inocente, su largo cabello ondulado oscuro lo llevaba suelto tapando casi en su totalidad su rostro y le llegaba más abajo del trasero. Jamás había mirado su cara o sus ojos, pero algo en ella lo hacía observarla todos los días hasta que se perdía entre los juegos del jardín que se encontraba al otro lado de la calle. Pinos y árboles bordeaban la plaza donde llegaban los grupos de jóvenes y parejas buscando intimidad y bandas contrarias donde encontraron un lugar para desarrollar sus peleas fuera de la institución. Pasada las nueve de la noche no fallaba, ella pasaba rodeada de un grupo nuevo de jóvenes quienes se dedicaban a molestarla. Cierto día, tomó valor y se decidió a salir, fue detenido por su madre.

- Sesshomaru! ¿A dónde vas?

El joven detenido al pie de la escalera
Volteó para contestar cortésmente, su madre a veces podía ser artante, pero, luego de tanto tiempo aprendió a comprender y tolerar la personalidad obsesiva y no pocas veces asfixiante de su madre con respecto a lo que consideraba seguro para él y su salud. Así que, la tolerancia y paciencia eran parte de la personalidad callada y seria de Sesshomaru. Toda su vida de adolescente se la paso en hospitales, ahora por lo menos era libre dentro de la prisión que era su casa. No tenía amigos, salvo los tipos con los que jugaba por el ciberespacio.

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