Consuelo

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ADVERTENCIA: Este One-Shot contiene escenas subidas de tono.

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Querída agonía, solo aléjate de mí.

(Benjamín Breaking)

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Ambos llegaron a casa con expresiones serias, hoy no había sido un buen día y aunque pasaran los años siempre repudiaría esta fecha: el día que su hermana falleció.

Había pasado un año desde su partida pero aún la herida en el corazón de Kohaku seguía tan fresca como cuando el doctor se dirigió a su padre y ella para comunicarles que Ruri no estaba respirando, que su corazón se había detenido, que su cuerpo ya no resistía la fuerte medicación que se le suministraba por el cáncer en sus pulmones.

Ruri luchó todo lo que pudo pero lastimosamente no lo logró y así es como el cáncer se cobraba otra víctima, extrayendo la vida de la joven chica que desde hace tiempo atrás junto a su familia hicieron lo imposible por curarla pero todo fue en vano.

Senku fue quien se mantuvo a su lado en todo ese tiempo, fue un pilar fundamental en sus momentos de tristeza y un apoyo enorme cuando los doctores les hacia consciencia de las escasas buenas noticias.

-Iré a ducharme...-ella no espero respuesta de parte de su pareja.

Camino arrastrando sus pies hasta la habitación que compartía con él desde hacía casi tres años, se sentó en la cama para quitarse sus zapatos; le comenzaban a doler los talones por tener que usarlos por largo rato durante la misa de recuerdo. Procedió a quitarse el oscuro vestido de muselina y tirarlo

a un lado quedando solo en ropa interior, no tenía ánimos de nada en lo absoluto, se sentía desganada lo cual era contradictorio teniendo en cuenta su enorme cantidad de energía.

Fue hasta el baño y miro su reflejo en el espejo del tocador, su rostro estaba hinchado, sus ojos rojos junto a unas pequeñas ojeras, las comisuras de sus labios estaban decaídas, se la veía más pálida que de costumbre y en sus mejillas aún se veían los contornos del recorrido de sus lagrimas al recordar todos aquellos momentos con su hermana. La vida era injusta a ella le habían otorgado una salud de primera mientras que a Ruri una gran mente pero con un cuerpo bastante débil. Sacudió su cabeza tratando de apartar un poco los malos ratos que tuvo que pasar en este último año gracias a la ausencia de su adorada hermana mayor, fue hasta la tina abriendo la llave del agua caliente, por hoy quería relajarse lo que más pudiera.

Mientras la tina se llenaba procedió a quitarse el sostén y sus bragas, dejándolos en el cesto de la ropa por lavar. Ya completamente expuesta fue hasta la tina verificando que esta se llenó en la justa medida y así cerrando la llave, soltó su alborotado cabello el cual cayó sobre sus hombros y así finalmente sumergirse en el agua caliente logrando un efecto relajante en su cuerpo, recostando su espalda a un lado de la tina cerrando sus agotados ojos.

Su mente le jugó en contra ya que al cerrarlos y estar en completa oscuridad y silencio, imágenes esporádicas de su hermana en diversas situaciones de su vida pasaron por su mente como un rayo cada uno de esos recuerdos más doloroso que el anterior, haciendo sentir grandes punzadas en su agobiado corazón.

Cualquiera pensaría que ya todo el dolor de dicha pérdida quedo en el pasado, pero no. Aún le carcomía ese sentimiento de "pude haber hecho más"

Sus lágrimas comenzaron a brotar.

Primero fueron pequeñas pero poco a poco de tantas que eran nublaban su aguda mirada, sus quejidos resonaron gracias al silencio del lugar.

El chico de raro cabello estuvo todo este tiempo sentado en el cómodo sofá de la modesta sala de estar de su departamento. Se había aflojado el nudo de su corbata y desabotono un par de botones de su camisa para estar un poco más cómodo, estaba revisando algunos mensajes en su celular muchos eran de parte de sus colegas expresando su sentido pésame.

Sus ojos de rubí dejaron de prestar atención al aparato frente a él gracias a un sonido poco audible pero inconfundible, se levantó y fue hasta la habitación de ambos ignorando la prenda y zapatos negros que Kohaku había dejado tirados a un lado de la cama con anterioridad. Fue hasta el baño y con una mano empujo con delicadeza la puerta entreabierta para ver con agonía la escena frente a él.

Kohaku estaba hecha una mar de lágrimas, sentada con su espalda encorvada hacia adelante y sus manos tapando los estragos que sus lágrimas hacían a su rostro deshecho de tanta tristeza.

Senku no lo pensó mucho y sin importarle ni un milímetro su segura protesta a sus acciones, se apresuró a quitarse la corbata y camisa, continuo por los zapatos luego los pantalones y finalizó con su ropa interior, dejando todo a un lado y con ella aún ajena a la presencia del chico se acerco a la tina y se sumergió en esta acomodándose a su lado para darle un abrazo de consuelo, en este momento ella aunque no lo admitiera lo necesitaba y con desespero, sentía su mundo derrumbarse encima de si misma nuevamente.

Ella no opuso resistencia solo se dejó llevar por el abrazo de él posando su cabeza en su pecho escuchando el relajante sonido de los latidos de su corazón, echo sus brazos alrededor de su cuerpo para mantenerlo lo más cerca posible, el calor que este emanaba la hacían sentirse tranquila, calmando así su errática respiración.

Se quedaron largo rato en aquella posición, ella llorando lágrimas amargas mientras que el solo se limitaba a acariciar su alborotado cabello, juntos, unidos hoy más que ayer y mañana más que hoy.

Kohaku ya más calmada miro aquellos ojos de rubí que tanto amaba solo para dar una mueca de felicidad. Sin decir palabra alguna ambos terminaron de bañarse rápidamente, no querían pescar un resfriado (bueno, el no quería ya que ella por más que pasase no parecía enfermar).

Se acostaron en la cama completamente en desnudez con simples sonrisas y miradas cómplices entre ambos.

Senku se acerco a ella tomando la iniciativa besando sus labios con cariño, una de sus manos la posó en su cadera comenzando a recorrer el contorno de su cuerpo haciéndola estremecer con el toque de sus dedos y erizando su piel, acción que le encantada generar en su leona.

Ella correspondió al beso casi al instante rodeando su cuello con sus brazos y colgándose de él mientras que con una mano acariciaba su mejilla sintiéndose plenamente feliz en aquellas instancias.

Sus besos y caricias poco a poco aumentaban de tono sin perder en ningún momento el tacto y romanticismo del ambiente, sus cuerpos aumentaban su temperatura la cual era evidente por el tinte de sus mejillas.

Senku se separó un instante por falta de aire que exigía su cuerpo, pudo así apreciar a su leona que estaba recostada en la cama con su cabello aún algo húmedo por el baño y con una mirada suplicante.

No pudo resistirse más.

Se fue hacia ella abrazándola con fuerza y besándola en todo su rostro comenzando por sus labios, recorriendo sus mejillas y bajando por su cuello sacándole varios suspiros de placer.

-Senku...- el pronunciar su nombre era indicio de algo bueno pero esa vez en particular además de la enorme descarga de hormonas recorriéndole, se sintió enternecido, no sabría explicar el por que.

Esa noche simplemente dejaron ir todo lo malo: la tristeza, dolor, dudas, inseguridad. Solo quedando así con las placenteras sensaciones de ambos fluyendo en sus cuerpo.

Ya mañana sería otro día pero hoy, aunque sea solo por hoy, él quería centrarse en la persona que tenía a su lado sin importar lo acontecido en el pasado.

Quería consolarla.

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Misa del recuerdo: estas misas se hacen cada 6 meses o una vez cada año para hacer memoria del fallecido.

Hi!!

Este es un reto para el grupo Senku&Kohaku de la escritora Celeste Kaomy-chan

Tras ver que el reto tendría como temática la ducha me vi en un dilema bastante grande ya que, yo no escribo lemon :S es mi debilidad, mi talón de Aquiles, mi criptonita XD. Pero de igual forma quise participar para poco a poco mejorar en este tema en particular.

Por eso me desvié un poco y decidí escribir algo un tanto más suave aunque cuando se lo mostré a mi beta este me regaño porque según él no cumplí con el reto :'v ¿ustedes que dicen?

En fin. Muchísimas gracias por leer, Bye!.

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