They can not with our love

Capítulo 1

                                                                  "Brujería en sus ojo mágicos

                                                                   Brujería te provoca el corazón"

Llevábamos en el avión más de siete mil años, o al menos eso me parecía. Mis padres y hermana permanecían inconscientes en sus respectivos asientos, ajenos a lo que pasaba alrededor. Yo me encontraba en el asiento al lado de la ventana tratando de matar un poco el tiempo en algo que me llevara lejos del soporífero vuelo de 5 horas y 24 minutos en el que me encontraba.

-Dios, ojalá este viaje pudiera durar menos tiempo- me dije

No había sido idea nuestra la de ir a Venezuela a pasar las vacaciones de verano, sino de ellos, pues afirmaban que hacía mucho tiempo que no íbamos, y en parte tenían razón; habían pasado años desde que salimos de ahí y nos fuimos a vivir a la Ciudad de México, lugar donde me crie y he tenido la mayoría de los recuerdos y sucesos de mi vida. Ahora con 16 años y siendo un estudiante de primer año de preparatoria, regresábamos para tener unas merecidas vacaciones en nuestro país natal

Me puse los audífonos y dediqué mi tiempo en escuchar todos los álbumes de mi banda favorita, no es que fueran demasiados, solamente habían sacado tres, los cuáles fueron muy bien recibidos por la audiencia por aquella época del principio del milenio a tal punto que lograron obtener disco de oro y platino. Su música era todo para mí y no me importaba ser un chico y escuchar a una banda a la cual todos dicen que solamente era para chavitas; es más, siento que no era una coincidencia que yo llevara el mismo nombre que uno de sus integrantes, que hubiera nacido el mismo día y, sobre todo, que fuera venezolano y tuviera algo de italiano en mi ADN (eso por parte de la familia de mi padre).

Pasé el resto del vuelo escuchando música y hablando con mis amigos acerca de lo que harían este verano y de la cantidad de cosas que haríamos al ingresar a la preparatoria.

Llegamos por fin al aeropuerto de Caracas, pero no contaba con que nuestro destino no sería ahí, sino que me esperaban otras 7 horas de trayecto para llegar al lugar escogido por mis padres. No entendía porque habían elegido la Isla de Margarita para pasar las vacaciones, si en la capital era donde se encontraba toda nuestra familia; amigos no podría decir que tenía, pues como dije anteriormente, nos habíamos ido cuando aún era un niño, así que no pude hacer muchas amistades.

Alquilamos un coche con el cuál pudimos seguir nuestro viaje. Cruzamos la ciudad despacio; mirar por la ventana y admirar el paisaje era algo que me encantaba. Ver la ciudad que nos vio nacer a mi hermana y a mí después de tantos años, totalmente diferente a la que era en las fotos que había en el álbum familiar, conocer cada uno de sus rincones, aunque fuera desde un auto era toda una experiencia. Era como volver a casa después de estar lejos por mucho, mucho tiempo y la realidad es que así era. Aquel momento encerraba un montón de recuerdos y vivencias de mis primeros años, aunque podría decir que éste ya no era tanto mi hogar como lo era la capital mexicana pero no podía negar que estuviera donde estuviera, éste lugar siempre sería mi casa a la cual podría volver también en el momento en que lo deseara. En cambio, para Madeline, mi hermana mayor, era todo lo contrario, ella había nacido, crecido y vivido los primeros 7 años de su vida aquí, desde su perspectiva ella sí podría aún llamar a este país su hogar.

A medida que nos acercábamos a la isla, empecé a sentir una oleada de emoción que me invadía completamente. Era la primera vez que viajaba a un lugar diferente y el primer verano como un chico de Bachillerato, tenía bastantes expectativas de estas vacaciones y esperaba tener muchas aventuras.

Cuando llegamos por fin a la isla y al hotel era casi de noche. No me di cuenta en seguida de que el hotel era verdaderamente lujoso y grande. Nos dedicamos a registrarnos e instalarnos en nuestra habitación, pues ya era tarde y nos sentíamos cansados después de tantas horas de viaje, mañana empezaría la verdadera diversión y aventura.