que hago acá?
me siento vacía.
no soy capaz de amar, y eso me está matando lentamente por dentro.
no siento amor por nadie. ni por mi familia, ni por mis amigos. lo juro por mi vida.
Que se supone que haga?
que me mantendrá viva?
no me amo ni a mi misma.
no tengo nada que esperar de nadie... o de hecho si, espero demasiado de todos.
seré yo el problema?
nunca fuí feliz, mi vida se desarrolló en medio del caos y ya no quiero estar dentro de aquél círculo de fuego vicioso.
tampoco quiero irme, tengo un propósito, mi sueño...
mi sueño.
ese sueño que anhelo con todo mi corazón desde que tengo memoria.
pero una voz grita que no voy a lograrlo y vuelvo a caer en medio del caos. En la realidad.
estoy en medio de un bosque frondoso desde el que no se ve la salida. Corro y corro pero no hay forma de escapar.
desesperación.
es lo que me espera para el resto de mi vida? nada mejora, cada vez me desespero más. no encuentro una salvación o un salvador.
vuelvo a la pregunta inicial, que hago acá?
la lluvia cae; y el fuego comienza a cesar y apagarse.
aquellas gotas de alivio se convienten en un diluvio infinito. Y ahora está lloviendo demasiado.
comienzo a ahogarme. no puedo respirar. extiendo la mano pero nadie me ayuda.
no quiero morir sin haber sido feliz, pero no encuentro la forma de serlo.
la ansiedad me destruye mental y anímicamente, no creo poder soportar eso.
cuál es mi propósito acá?
alguien me ama verdaderamente? alguna vez alguien me amó verdaderamente?
alguien lo hará?
no quiero que se me haga tarde pero las agujas del reloj me señalan la hora y se clavan en mi pecho, la sangre escurre por mi piel mientras mis manos lo cubren por pudor.
estoy sentada en el piso del baño, mis ojos están cerrados. la ansiedad vuelve.
se siente cómo las olas del mar contra el arena.
las olas chocan contra la costa. una y otra vez. tiene un tiempo en el que no están allí pero, al fin y al cabo, sabes que siempre volverán. Jamás dejará de ser así.
mi cuerpo.
aquel que me transporta a tantos lugares, aquél que tantos terremotos atravesó.
está cansado.
él me lo dijo. quiere ayudarme a continuar pero yo no tengo voluntad de hacerlo.
lo odio.
porque no tiene la forma que deseo? es muy delgado, pero no como quiero. es muy curvilíneo, pero no cómo quiero.
nada me motiva a cambiarlo.
la comida.
la voz me habla de nuevo y me grita que no coma eso, ha de tener muchas calorías.
Y me encuentro en el bosque de nuevo, corro e intento batallar con el hambre, pero los árboles, tán sabios, tan antiguos; me gritan que no lo haga.
no es preciosa la tranquilidad?
demasiado hermosa como para este mundo, es por eso que no existe realmente, o quizás de a pequeños instantes.
bocinas, ladridos, gritos, reclamos, golpes, violencia, palabras hirientes que me envuelven y entran a mi subconsciente.
me desespero nuevamente, pero logré salir del bosque, no puede ser!
al cabo de unos metros caigo al vacío.
caigo y caigo y caigo y caigo.
acaso algún día dejaré de caer?
como pude enterarme de algo que me pasó y nisiquiera lo sabía? como es que todos a mi alrededor lo sabían menos yo? que derecho creen tener todos sobre mi?
hay tantas preguntas. corren y corren dentro de mi cabeza y finalmente estallan.
aquél poema fué quemado junto con mis sentimientos más profundos. Lo siento, pero no tuve con quien compartirlo.
quizás estoy destinada a esto, no todos tienen lo que desean.
quizás soy uno de ellos o quizas no sea nada, el agua me quita la vida y me pierdo mientras el resto nada.
