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Judie:

Me odio y odio a Zac.

Me odio a mi misma por no olvidarme de sus palabras durante toda la noche y lo odio a el por decirlas, por poner..

Ni siquiera quiero decir que es una duda.

Observo a Scott, quien habla con sus compañeros de Arte, me gusta que no me excluya, que me tenga a su lado y se llene la boca hablando de lo afortunado que es tenerme.

¿Por qué dudo?

—Buenas noches, caballeros. —Parpadeo aún mirando su rostro, los hombres se giran en mi dirección y con un gesto, bajando la cabeza, me despido de ellos.

—Te note distraída. ¿Ocurre algo?. —Pregunta el examinándome, lo que hago es negar. —¿Quieres que vayamos a casa?

Giro el rostro. Observo a los hombres y mujeres aún dentro del museo, entonces visualizo a Emir, quien termina acercándose a nosotros.

Saluda a Scott y luego a mi.

—¿Cómo les ha parecido la recepción de las personas?. —Emir coloca la mano sobre mi brazo. —Judie, amaron tu pintura, te amaron a ti.

Una sonrisa crece en mis labios y el me devuelve la suya.

—Y es solo el inicio. Prometo hacer que todos conozcan tu arte.

Un carraspeo nos hace girar la cara, la mirada de Scott se mantienen sobre la mano de Emir en mi brazo. La expresión en sus ojos es de un hombre celoso y posesivo, y solo hace falta un gesto para que Emir aparte la mano.

—Judie tiene deseo de regresar... ¿Es posible que nos retiremos?

Emir busca respuestas en mi. —Claro, mañana les diré como fue el resto de la noche.

—Gracias. —Agradezco, los pies en los tacones me matan.

Emir intenta tomarme el brazo nuevamente, pero otro carraspeo de Scott deja su mano al aire.

Me río.

—Descansa, Judie. —Me dice el, con un carraspeo.

Niego y me vuelvo hacia Scott.

—¿Qué ha sido eso?. —Coloco las manos sobre su pecho.

La chispa de celos en sus ojos sigue ahí y provocan que mi sonrisa crezca.

—¿Sabes qué eres el único hombre en el que pienso, no?

—Y así debe ser, mi ninfa. —Pronuncia tomando mis labios. —Porque tu eres la única para mi.









(***)





Entre jadeo, labios que se tocan y caricias, Scott y yo nos perdemos de camino a casa mientras Luka nos transporta en el coche

Trato de no ser muy pervertida, aunque las manos me ardan y prácticamente me griten que lo toque como el me está tocando a mi, porque Scott a diferencia mía no se limita, sus manos se frotan sobre mi sin pudor y siento como  si me tatuara con ellas, dejando su esencia en mi.

Somos ArteWhere stories live. Discover now