❝𝑵𝑶𝑻𝑬𝑺 𝑭𝑶𝑹 𝒀𝑶𝑼, 𝑴𝒀 𝑳𝑶𝑽𝑬 ❞ ✎「𝑹𝒆𝒏𝒈𝒂 - 𝑺𝑲8 」

(𝑰) 𝑹𝒆𝒌𝒊, 𝒃𝒆 𝒉𝒐𝒏𝒆𝒔𝒕 𝒘𝒊𝒕𝒉 𝒎𝒆.

Tus alas siempre estuvieron listas para volar,

pero yo no estaba listo para verte partir.

[...]

Jueves 17, Junio.

Langa amaba a Reki.

No tenía grandes razones para saberlo, no cuando la sola existencia de él le hacia los días más llevaderos, menos tristes y mucho más brillantes de lo que alguna vez pudo experimentar. Reki era el rayo de sol más bello en toda la faz de la tierra para él, el único capaz de transformar su vida de un segundo a otro y apoderarse de sus pensamientos durante las noches. Langa perdió la cuenta de las veces en las que se despertaba durante la madrugada y anhelaba sentir el toque del pelirrojo, porque incluso cuando Reki estaba tan cerca de él, en la misma ciudad, en el mismo tiempo y estación, había algo que le carcomía por dentro cada vez que cerraba los ojos. Era el miedo a perderlo.

Reki tenía el alma pura, llena de bondad y amor para todas las personas que lo rodeaban, era inevitable no contagiarse de su burbujeante sonrisa, de esas muecas cuando probaban juntos un nuevo postre después de patinar o incluso tratar de igualar las tiritas que se adherían a su cuerpo cubriendo las pequeñas heridas que solía tener tras una caída en medio de su práctica. Por esa misma razón, su miedo aumentaba.

Reki estaba tan cerca, que tenía miedo de que se vaya a algún lugar lejano al que no pudiera seguirlo.

Langa nunca había deseado tener algo, si bien, la pérdida de su padre fue un golpe duro para su vida, fue incluso más doloroso lo que vino después. El vacío inmenso que crecía en su interior cada día mientras los pensamientos más absurdos y dolorosos le llenaban la cabeza no fueron para nada agradables, incluso en la escuela termino siendo un problema, Langa ya no podía estar en una habitación llena de personas, no soportaba los ruidos y antes de que pudiera si quiera darse cuenta, ya estaba apoyando su cabeza entre sus manos llorando, gritando con el solo deseo que toda esa pesadilla terminara. Su pecho se contraía al recordar ese fatídico día, porque a pesar de todos los esfuerzos de su madre de intentar ayudarlo, volvía al punto inicial cuando llegaba la noche. Más de alguna vez se encontró a si mismo acurrucado al lado de ella mientras su cuerpo temblaba como una hoja a punto de caer del árbol en pleno otoño. Todo estaba cuesta arriba y ahora solo eran dos personas en busca de una nueva oportunidad para sonreír ante todo el dolor que los había acompañado después de que, quien había sido la persona que le enseño todo, se había dispersado entre la niebla de la mañana y ya jamás volvería.

Pero todo su mundo cambio cuando conoció a Reki. En medio de la pesada oscuridad que se había convertido su vida, una pequeña luz lo iluminó. Una luz con un bonito cabello rojo y esponjado le enseñó un tipo de felicidad que nunca creyó real. Algo más allá de su propia comprensión. Algo similar a la emoción que sentía cuando era un niño y abría su ventana durante las mañanas, para ver los delgados copos de nieve caer desde el cielo o, cuando abría un regalo sorpresa durante navidad a los pies del árbol y su padre lo envolvía con sus fuertes brazos sintiéndose seguro.