Hogar.

Esa Chica

Historia basada en la canción "Esa chica" de La Oreja de Van Gogh.

Universo alternativo

¿Cómo imaginarse?
¿Qué a la estrella más brillante?
¿No le espera nadie al terminar el show?

Portagas D. Ace, a no ser que vivas debajo de una roca es imposible que no conozcas ese nombre, uno de los artistas más conocidos de los últimos años, amado y admirado en todo el mundo, no solo por su talento si no también por su hermosa personalidad, siempre alegre y con una sonrisa, y ni como negarlo, también amado por su físico, para el mundo ese joven de cabello negro y pecas era sinónimo de perfección.

Pero realmente ninguna de esas personas que tanto lo admiraban lo conocía bien, conocían la imagen que él quería mostrar, el lado que él había decidido usar frente al mundo, pero quien pensaría que, al acabar los grandes espectáculos, al contrario de la creencia popular, el quedaba solo, sin nadie que le esperara, que lo abrazara y le dijera "bien hecho".

Que sin los focos que la hechizan
Ella no es más que una niña
Con vestido y con zapatos de tacón

Su camerino se sentía tan solo y frio, como odiaba eso, sin embargo es el lugar donde puede quitarse la ropa elegante o extravagante, según la última canción que cantara, y podía volver a colocarse ropa más sencilla, sus botas y su fiel sombrero, naranja con dos caras una sonriente y otra triste, el se siente muy identificado con la segunda, ese sombrero que lo ha acompañado desde niño y que es lo único que nunca dejaría abandonado.

Y cuando vuelve al camerino
Se acurruca en el pasillo
Y se siente, de repente, un personaje sin autor

Es en ese mismo camerino, con su sombrero que lo hace sentir el mismo chico de siempre, donde se hace bolita en una esquina, con la mirada perdida, sintiendo más soledad que antes, es su cumpleaños, y a pesar de que afuera hay miles de personas que gritan que lo aman y lo felicitan, el siente que fue abandonado, que no hay nadie, ni siquiera un dios que pueda hacer que ese sentimiento de vacío desparezca.

Tan radiante en las revistas
Y no tiene quién le diga
Que, sin maquillaje, está mucho mejor

Mientras llora, abrazado a si mismo, sin atreverse a salir, sin tener ganas de fingir ser "Mr. Perfecto", no puede evitar ver la revista que se encuentra en uno de los tocadores del lugar, esta el abarcando gran parte de la portada, vestido completamente de negro y con una banda en la cabeza que le da un aspecto de rudo, o bueno un intento ya que sus pecas se niegan a cooperar con eso, piensa en todas las personas que le han dicho y seguirán diciendo que es "tan visualmente perfecto", sin embargo el sabe que no lo es, el maquillaje, y la edición, hacen magia, si lo vieran en su casa, con sus grande y maltratados suéteres ¿seguirían diciendo lo mismo?

¿Cómo pudo ser tan tonta?
¿De olvidar qué es lo que importa?
Las estrellas de un hotel no dan calor

De regreso en su hotel, observa esa fotografía que siempre esta con él, es de su cumpleaños número quince, está en el centro, con una gran y autentica sonrisa, nada parecida a las que ha usado desde hace ya algunos años, esta rodeado de sus quince hermanos mayores, y atrás de todos esta su padre, y su singular bigote, ese hombre es la persona que más admira, todos están con una enorme sonrisa al igual que él.

Está cumpliendo veintiún años, y no ha visto a su familia desde los dieciséis, cinco años han pasado ya siempre en conciertos, programas, entrevistas o cualquier compromiso que le impiden tomarse unas vacaciones para ver a esas personas tan importantes para él, o siquiera hablar por teléfono con ellos, aunque para ser honestos el tampoco ha intentado con tanto esfuerzo el hacerlo, viendo esa foto no puede evitar recordar lo cálido que se siente estar con ellos, y tampoco puede evitar comparar esa calidez con el frio que se siente en su habitación.