La tentación nocturna

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Las luces bailaban en el techo, encima de la pista. La gente estaba bailando frenéticamente, se notaba en el ambiente; hormonas, ganas y frenesí.

Entré, sin saber qué buscaba, pero intuyendo que esa noche iba a ser una aventura nueva.

Al fondo de la sala, estaba ella, con un vestido que sólo remarcaba que los dioses también bajan a la tierra. Unos labios rojos como el invierno y unos ojos, expresivos, que indicaban lo peligrosa que era.

Esa noche no quería vencerme por la timidez, me acerqué, sin saber qué decir, pero con ganas de conocerla.

-Al parecer las estrellas no solo brillan en el cielo hoy, tú tienes luz propia - le dije sonriendo

- Vaya -me dijo con una sonrisa y una mirada indescriptible - seguro que eres la autora de "peores formas de ligar en una discoteca"

-Es posible -le dije - pero al menos puedo demostrarte que, aunque con las palabras no me defienda tanto, tengo otras destrezas con la lengua

Escuché la risa de aquella hermosa chica de rizos rebeldes, mirándola, con diversión. Sabía que al menos le había creado una chispa de curiosidad.

-La sutilidad no es lo mío -le dije, lanzándome a la piscina - te vi, no tenía ni idea de cómo llamar tu atención porque presentí que habrás tenido infinidad de propuestas durante la noche.

>>Sin embargo, te ofrezco vivir una noche diferente, loca, llena de juegos, filosofía y todo lo que se nos ocurra hacer, en una cama, con unos cuantos juguetes sexuales -con una sonrisa juguetona, la miré, lentamente, haciéndola sentir deseada, me acerqué a susurrarle - Permíteme una noche, para demostrarte que el cielo, se puede alcanzar desde una cama, entre orgasmos, caricias, mordidas y candentes tentaciones ¿no tienes ganas? Una noche de locura salvaje, una noche para cumplir tus más oscuras tentaciones

A medida que le iba sugiriendo el plan, me acercaba a su cuerpo.

-Una noche donde la única norma sea disfrutar, entre las piernas de la otra, llevarnos al éxtasis, combatir la tensión sexual e indagar en nuestra primitiva necesidad carnal -me puse más cerca, besando rápidamente y de manera suave su cuello

-No sé si será tan fácil-dijo dubitativa

- Tu cuerpo está erizado, tu piel desea lo que tu mente, imagina- le di otra mordida - Siéntete libre, en esta propuesta indecente. Voy al baño y cuando vuelva, dime tu respuesta - me alejé guiñándole un ojo - pero, créeme, no te arrepentirías si eliges vivir esta noche conmigo.

Me fui directa al baño, para refrescarme, me había afectado la conversación, demasiadas ganas acumuladas. Ahí estaba, refrescándome cuando escuché abrirse la puerta, no hice caso hasta que noté unas manos acariciándome.

-Está bien -escuché decir - pero será con mis normas.

Sonreí al escuchar eso. Pobre, creía que ella iba a mandar esta noche.





N/A: Después de batallar mucho con la narrativa, he decidido probar, ¡espero que les guste! Estoy abierta a comentarios -constructivos- para ir mejorando y ver si sigo escribiendo

Oscura tentaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora