1. La familia, el hilo de oro

119 15 5
                                    

La familia es un sentimiento extraño de explicar, nunca sabremos porque pero sentimos un apego emocional extremo suceda lo que suceda, como un hilo del cual oro es su material no puedes cortarlo,  solo herirlo , es como una sensación de posesión indestructible , una manera más de ser esclavo de tus propios sentimientos y tu propia existencia, por eso cuando te liberas de este te sientes tan vivo, porque es mucho más excitante que si no tuviéramos ningún obstáculo que superar.
Mi nombre es Zenda, tan solo soy una adolescente, una adolescente algo fuera de los tópicos y estereotipos de cierta manera ligados a esta sociedad de caras ocultas entre mentiras y verdades, las cuales ya incluso somos incapaces de distinguir porque hemos aprendido a mentirnos a nosotros mismos, es decir creernos nuestras propias mentiras, solo por egoísmo, ya incluso mentimos por placer, por un poco de esa sensación de miedo con locura de la cual estamos adictos cual adicto a su droga favorita. El amor es algo parecido, todos creemos en él, pero es solo una sensación, un estado físico, un modo de querer girar nuestra vida a una forma que róndanos que será mejor, un sueño y una promesa nula.
Jahne mi madre decidió hace unos días irnos juntos con mi padre Sebastian a la aldea donde residen mis abuelos Raph y Carmina.
Íbamos en nuestro Jeep camino hacia la aldea Campo Gris por unas carreteras viejas, estrechas, agrietadas, rotas, con muchos baches y una estructura curvada que hacía de este un incómodo y estresante viaje hasta nuestro destino.
Mi mente solo recuerda de esa escondida aldea la cara de un niño con el que me tiraba en patín por las empinadas y curvadas calles estrechas de esta, también recuerdo una niña con la que me llevaba muy mal, su nombre era Fraga, era una niña de aspecto pálido, ojos saltones, nariz ancha, pelo largo y moreno y una personalidad arisca y borde la cual insultaba y hablaba mal a todos , puede ser por sus problemas familiares, sociales, en clase... o por miedo a conocer a gente nueva que le hacía esconderse tras una coraza que no permitía que viéramos su verdadero yo , pero esa misma niña que me encerró en un baño por la noche con la luz apagada durante horas continuadas, sollozando como un alma perdida que vaga en vano después de arrebatarle lo que más quería , esa misma niña que me hizo la vida imposible durante años, esa misma niña tenía muchos secretos ocultos muy dolorosos, de los cuales una niña ingenua como yo no era capaz de ver.
También recuerdo otro niño, LP se llamaba, me dio una vez un ramo de flores por mi cumpleaños, muy considerado por su parte.
Mientras llegaba por la montañosa carretera mi mente no podía parar de pensar en que tendría que ver a Fraga mirando por encima de mi hombro con sentimientos de superioridad, algo irónico ya que mide metro cuarenta y cinco.
Acabamos de llegar a Campo Gris y veo que es un pueblo muy deshabitado, no parece que haya nada muy interesante con lo que pasar el rato por aquí. Mientras bajamos el equipaje del Jeep salen mis abuelos Raph y Carmina a recibirnos con una sonrisa enorme en la cara, pero no vienen solos, con ellos vienen Salem, nuestro gato negro de ojos amarillos y verdes claros, con una fina y elegante cara y junto a él está Xusa, nuestra querida perra de pelaje moreno y cejas arqueadas del color del café como miel con chocolate en polvo en los suaves labios de una dulce princesa en un sueño eterno.
Miro a todas las partes menos al traicionero escalón de aquella enorme casa blanca con piedras adheridas a la pared, con un amplio jardín lleno de arbustos, abetos, pinos, flores como claveles, rosas, amapolas, margaritas... y un columpio de madera clara y robusta. Me tropiezo y me caigo sobre mi equipaje, me quedo aturdida por la caída, mientras ellos se ríen de mi torpe caída, justo a mi lado veo una sombra que me acerca una mano enorme con uñas pintadas de un negro mate muy llamativo y la tiende para ayudarme a levantarme, cuando estoy totalmente incorporada me fijo en la persona que me acababa de ayudar, lo que veo me encanta, un chico de unos 17 años aproximadamente con una piel pálida como la nieve, melena larga y negra, nariz aguilenca y larga y unos ojos profundos llenos de dolor, las pupilas muy dilatadas, siendo muy evidente que había consumido algún tipo de sustancia antes de nuestros encuentro, nos miramos a los ojos y siento una tensión más fuerte que la de una corriente por una torre electricidad.
Mientras me mira me dice con su imponente voz:
-¿ Estás bien?
Contesto con voz temblorosa por los nervios :
-¡Oh! si, estupendamente, muchas gracias
- ¿ Tú eres Zenda la nieta de Raph y Carmina verdad?
- Si, pero ¿ Como sabes mi nombre? No recuerdo habértelo dicho
- ( se ríe disimuladamente) He hablado con tus abuelos para enseñarte el pueblo, obviamente se tu nombre.
- Ah, entiendo ( me avergüenzo) por cierto, tú no me ha dicho tu nombre.
- Me llamó Valentino, pero me llaman Valen, aunque tú me puedes llamar como quieras, una belleza como la tuya no se suele ver mucho por aquí, como para exigir que me llames por un conjunto de letras sin sentido que lo único que hacen es distinguirnos del resto de personas  de esta humillante existencia.
- Entonces...¿ a que esperas? ( dice mientras mira y señala una moto que al parecer era suya)
Tengo mucho miedo a la motos, mis padres jamás me dejarían subirme en una así que les tengo como excusa para no subirme.
Les miro y les pregunto si me permiten subirme con Valen, ellos me hacen un gesto de aprobación, para mi sorpresa todos están de acuerdo, por lo que me lleno de valor y subo con él. Ya juntos encima de su moto noto como coge mi mano con su gélida mano y se la lleva hasta su cintura, exclama ¡Agárrate y no te sueltes!, le obedezco y unos instantes después noto un tremendo impulso y su bonita y larga melena sobre mi, notaba la velocidad de la luz, me dan miedo pero era extraño porque al mismo tiempo me gusta y quiero más, mucho más.
Voy todo el camino con los ojos cerrados como si fueran dos seguros de pistola, cuando de pronto el ligero y fresco aire para y siento que ya no está en movimiento, abro los ojos y lo que veo fascina mis ojos.
Me ha llevado a un lugar fuera del pueblo, ¿ Qué pretende este chico?
Me bajo de la moto y me dice que le siga, pasamos un largo camino lleno de plantas por todos lados, apenas podemos puedo pasar por lo bajas que son las ramas de los árboles, cundo por fin pasamos llegamos a un lago con un columpio de madera clara y robusta que lo atraviesa, el agua es clara como los el cielo el día más caluroso de verano y cerca hay una fuente con un grifo dorado es forma de cobra por el que sale agua y llega hasta el lago, las piedras que rodean el precioso paisaje son de color escarlata, violeta, blanco y verde.
De pronto siento que algo está tocando mis pies, me asusto y grito, veo que Valen se gira y justo entonces me doy cuenta de que tan solo era una botella de cristal. De pronto siento que me mareo, me miro el pie y me he hecho un corte tan profundo como intenso, pocos segundos después caigo al lago desmayada.
Valen viene corriendo, se quita la camiseta y sin dudarlo ni un segundo se tira al agua, bucea hasta mi y me saca del agua, está asustado, no sabe si respiro así que se acerca a mis labios pero pocos instantes antes despierto.
Él, asustado me da un abrazo
- ¿Estás bien? Nunca he debido traerte aquí, esto ha sido culpa mía.
- No, no, está bien, no te preocupes, nunca diré lo que ha sucedido
- Lo siento muchísimo ( coge su camiseta y me la da para que me cambie).
( yo la cojo )
- Gracias por todo, me gustaría volver a mi cada si es posible.
- Claro, pero antes vamos a mi casa que te cierre bien esa herida, no queremos más accidentes.
- Me parece bien, luego me llevarás a casa que no me encuentro muy bien
- Sí, pues vámonos ya
Siento que estoy enfadada conmigo misma por la caída pero siento que no ha sido tan mala ya que ahora tengo su camiseta puesta, estoy subida en su moto y voy a su casa.
Acabamos de llegar, bajo de la moto y paso por la puerta de su casa hacia el interior, es una casa bonita, campestre pero tiene algún que otro cuadro extravagante, me coge ya que casi no puedo andar y me sienta en su sofá, mientras me está curando me entra mucho sueño.
- Sé que va a doler, pero tienes que aguantar un poco.
- Vale, tranquilo, creo que podré con ello, me han pasado cosas peores.
- Ya desde lejos se ve que eres una chica fuerte ( ríe tímidamente)
- Veo que tienes sueño, puedes dormir un rato si quieres.
Lo acepto y duermo, pero no duermo solo un rato, parece que hayan pasado muchas horas , entreabro un ojo y veo la bella luz del amanecer por una pequeña y descolorida ventana, parece que sean las 7:30 de la mañana, pero me doy cuenta que no son ni el mismo tipo ni color de paredes, ni la ventana, ni siquiera el mismo suelo en el que ayer me quedé dormida mientras cerraba mi profunda herida . Noto un que algo me toca por detrás, es el tumbado en la cama con el desayuno que me había preparado en la mesita de noche, me sorprendo y me asusto. Pienso en la reacción de mis padres al saber que no volví a casa y hablo con él.
- ¿ Valen qué hago aquí?
- Tranquila, tan solo quería que durmieras bien, me siento culpable de lo que sucedió ayer, te he traído el desayuno.
- ¿ Pero tú estás loco? ¿ Sabes lo preocupados que deben estar mis padres?
- Relájate anda, les llame anoche para explicarles la situación y dijeron que les parecía bien que te quedaras ( Se ríe pasivamente mientras me mira con cara de ingenua)
- Me quiero ir a mi casa ya Valen
- ¿No desayunas?
-No.
- Vale, te llevo ya a casa, vámonos.
( Tengo que admitir que aunque esté de los nervios, su risa y su mirada me dan mil vuelcos al corazón).

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Jun 04, 2021 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

Amores incomprendidamente opuestos Where stories live. Discover now