Viviendo mi cuarta vida como la hija del dragón

💞capítulo 1💞

Capítulo 1 - Al dragón que desea la muerte

 Llegó de repente un día.

 "¡Waah, waah!"

 "..."

 Manos pequeñas, blancas y suaves.

 Además de ser suaves, son tan pequeños que da miedo incluso tocarlos.

 "¡Waah, waah!"

 Los ojos carmesí, que miraban al niño que lloraba en voz alta, estaban llenos de confusión.

 "¿Qué es ésto?"

 A su pregunta, un hombre de mediana edad que se había estado limpiando el sudor con un pañuelo junto a él respondió rápidamente.

 "Maestro, este es un bebé humano".

 Esa respuesta arrugó la frente del hombre que miraba al bebé con ojos carmesí.

 Su cabello negro como la noche  le caía por los hombros.

 "Entonces, ¿por qué está esto aquí?"

 "Que…"

 El hombre de mediana edad se secó de nuevo el sudor.

 "Ciertamente nos lo confió, pero ..."

 "¡Ese de pelo blanco ...!"

 Un niño llegó de repente un día.

 El dragón negro del continente solo frunció el ceño.

 * * *

 "¿Cómo puedes ser tan bonita?"

 Pensé que me amaban.

 "De verdad, nunca había visto una niña tan bonita".

 Fue solo la cuarta vida.  Creí recibir el cariño de mis padres.

 Eso pensé cuando encontré una sonrisa que nunca había visto antes.

 

 A veces parecía que las emociones negativas familiares a los ojos se tambaleaban, pero decidí que era mi malentendido.

 Sin embargo, el niño fue abandonado nuevamente y se dirigía a algún lugar guiado por la mano de un ser desconocido.

 "… ¿A dónde me llevas?"

 El pequeño, que ya se veía muy agotado, preguntó con calma.

 Como si no le importara mucho adónde va.

 "A la tierra del norte".

 "¿Del Norte?"

 Al encontrarse con los ojos carmesí, la niña abrió mucho los ojos.

 "Sí, si es él ... Él podrá protegerte de la maldición".

 "Maldición…"

 Era una voz seca como si estuviera hablando de otra persona.

 "... No debería haber dicho eso.  Me daré prisa ".

 Ese fue el final de la voz que resonaba en sus oídos.

 Un dragón sosteniendo a un niño envuelto en una gruesa manta.

 Si alguien hubiera visto esa extraña apariencia, se habría preocupado por si había algún problema con su propia mente.

 El cabello color coral ondeaba con el viento y los brillantes ojos ámbar miraron rápidamente el paisaje fuera de la manta.

 El dragón blanco gigante miró a un niño así.