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-¡Confíe en tí, Loki!

-Ese fue tu primer error, hermano. Nunca confíes en el Dios del engaño ¿Odin nunca te lo advirtió?

-¡Lo hizo!¡Aún así creí más en ti que en él! Pero me equivoqué en hacerlo, espero algún día vuelvas a ser como antes, Loki. Nos vemos en otro momento-. Fueron las últimas palabras del rubio para dejar al otro chico solo en esa celda.

Habían pasado 2 días desde que volvieron a Asgard, padre de todo sentenció a Loki por la eternidad de sus vidas y con dolor su madre Frigga solía visitarle a esa celda de cristal adaptada para su "comodidad", llena de libros, con una cama y comida para el pelinegro.

-Querido, sé que no quieres seguir aquí y te prometo buscar la forma de que tu padre baje tu castigo,pero por favor come-. Le pidió Frigga mientras miraba a su hijo, porque sí, para ella Loki siempre sería su pequeño niño travieso, mas no así para el ojiverde.

-¿Mi padre? ¡¿Mi padre?! ¡ESE HOMBRE NUNCA FUE MI PADRE Y NUNCA LO SERÁ!- exclamó Loki mirando a su madre.

-Él te amo tanto como yo, sabes que tu padre...

-¡EL NO ES MI PADRE!

-¿Y yo no soy tu madre?

-...No.

Loki siempre recordaba esa conversación, aquella fue la causante de su depresión y su ansiedad, ya que unos días después a esa discusión le dieron la noticia de que su madre había fallecido, con un dolor en el pecho e incontrolable rabia gritó con todas sus fuerzas y su magia le hizo saber que había tocado fondo cuando todos los objetos de alrededor chocaron contra la pared para luego caer al suelo hechos trizas, e incluso dañandose a si mismo.

"imbécil, todo lo has logrado con tus propias manos, primero el desprecio de Thor, el enojo de Odin y ahora por tu avaricia, madre se ha ido, te ves patético"-Le decía su ilusión. A veces hacia ilusiones para conversar con él mismo o evitar a su hermano Thor, pero esta vez más que ayuda, solo le hizo sentir peor.

-Vete, ya no quiero seguir hablando.

"Eres un llorón, ahora eres como Thor, pero más decepcionante"

-¡Dije que TE CALLES!-. Gritó Loki para hacer desaparecer la ilusión y de paso botar los últimos libros que estaban en el estante.

Estaba con la cara entre sus rodillas, sentado a un lado de la cama mientras sentía como la sangre de una herida hecha por una copa previamente rota caía desde la palma de su mano hacía el suelo, no pensó demasiado lo que hacía, solo quería sentir que podía morir por un momento y sin más espera, agarró un pedazo de cristal, recordó como le dijeron que fue la muerte de su querida madre y con lágrimas en los ojos, enterró ese pedazo de cristal en su pecho, tratando de perforar y dejando caer sangre. Le dolía, le ardía tanto que soltó un grito desesperado, pero dejó de pensar en su madre y en todo lo que había ocurrido, por un leve momento solo pensó en que pasaría si llegaba a morir, en que ser reencarnará y en como podría ver a su madre una última vez antes de hacerlo, porque Loki estaba seguro de que su maldad lo llevarían a volver a nacer, esperaba que fuera en un mundo mejor y con menos maldad, con menos dolor.

-¡Hermano!-. Escuchó la voz de Thor, mientras continuaba tratando de enterrar ese pedazo de cristal cada vez más profundo.

-¡Loki!¡He venido para darte...!-. "Comida" quería decir el rubio cuando vió las manchas de sangre caer por el cuerpo del ojiverde, su primera reacción fue llamar a Mjolnir para romper el vidrio, llamando la atención del pelinegro

-¡LOKI!¡LOKI, DETENTE!¡ESTO NO ES NECESARIO!-. Le pedía Thor desde las afueras, sin embargo el nombrado solo frunció el seño para quitarse el cristal, levantarse y caminar por sobre los vidrios rotos hasta llegar al frente del rubio.
A pesar de que sentía dolor en su pecho y la sangre continuaba saliendo, logró responder.

-Estoy cansado, Thor. Cansado de ser el monstruo que debe esconderse, cansado de seguir viviendo bajo presión, déjame morir e irme con madre, solo eso te pido.

-¡No!¡No te dejaré hacerlo!¡¿Quién eres!?¡El Loki que conozco nunca haría algo como esto!

-Tienes razón, el Loki que conocés era un inocente ser que lograron despedazar gracias a que vivió entre mentiras.

-¡TU ERES MI HERMANO!

-No, Thor, yo soy adoptado, tu eres el hijo de Odin, el único príncipe que Asgard tendrá, yo jamás fui planeado-. Loki agarró uno de los vidrios del suelo para sentarse y admirarlo mientras sentía el ardor en su pecho por la herida.

-Seas adoptado o no, sigues siendo parte de mi familia-. Dijo Thor golpeando una última vez la celda para ver cómo está lograba ser destruída.

-Loki, por favor, no me hagas esto, resiste, te llevaré con los curanderos y con padre, estarás bien-. Exclamaba Thor sacándose un pedazo de tela para ponerla sobre el tajo, tratando de bloquear el paso de sangre. Loki se quejó por ese toque, haciendo que el vidrio de su mano se incrustara en su palma y haciéndole perder más sangre.

El Dios del trueno corrió con el pelinegro en brazos, buscando la puerta donde estaban los médicos curanderos, entró llamando la atención de todos y sin importarle quien estaba por ser atendido, dejo a Loki en el mueble que hacía como cama.

-Necesita ser curado, tiene vidrios en la mano y un tajo de cristal en el pecho, por favor, salven su vida-. Dijo Thor de forma desesperada, estaba por reclamar para que se apresuren con la curación del pelinegro cuando apareció padre de todo.

-¡Padre!¡Padre, es Loki, intentó acabar con su vida y no puedo detener la sangre!

- Thor, espera afuera, yo me encargo.-

Fueron todas las palabras que dijo Odin para llevar a su hijo fuera de la sala, acercarse a quienes estaban comenzando con su trabajo para sanar al chico y examinar mejor la herida. Vió como el pelinegro sufría del dolor, pero parecía tener una mirada que deseaba terminar con eso, no con su dolor de herida, con su dolor interno, mental.

-Loki, hijo mío, necesito que intentes mantener la calma y hacer lo que te digamos ¿Puedes?

-Dejame morir, yo no soy nada para ti, solo un objeto de intercambio ¿Cierto?

-Sabes mejor que nadie que tus palabras son mentiras, eres mi hijo sin importar que o quien hayas sido en tu pasado. Por favor Loki, tu madre no habría querido esto, ni Thor tampoco, deja que te ayudemos-. Dijo el hombre de barba blanca mientras veía como el menor trataba de moverse para acelerar la hemorragia. Al ver que sus palabras eran ignoradas, tomó la decisión de pedirle a sus curanderos que dormecieran al pelinegro, lograron cerrar las heridas, detener la hemorragia y volver a dejar todo como si nada hubiera pasado, les costó 8 horas de energía, pero lo lograron.

Dagas -LokiWhere stories live. Discover now