Un servidor~♡ (MK x Red son) [One-shot Lemmon]

One shot uwu

Era un día común para los protagonistas de esta historia, la mañana transcurría normal y la tarde se acercaba con paciencia. A pesar de la tranquilidad del ambiente que rodeaba a ambos chicos, uno de ellos parecía alterado por un pensamiento que lo molestaba desde hace ya unos cuantos meses, quizás incluso un año, y es que aquel chico de cabello rojizo que simulaba una vivaz llama, se veía en la constante pelea de admitir sus sentimientos por el héroe de aquella pequeña ciudad, sabía que lo que sentía debía ser reprimido debido a que su padre era el famoso demon bull y que su hijo estuviese enamorado de su archienemigo Monkey kid era una evidente señal de que mancillaba su orgullo y reputación por lo que durante meses intentó excusarse de aquél sentimiento poniéndolo como una forma de amistad o piedad por aquel chico al que llamaba "Noodle boy" pero desde el día en que se vio obligado a luchar junto a el contra la reina araña hizo crecer un sentimiento dentro de él que cuánto más negaba más grande se hacía, y ya estaba bastante harto de tener que ocultarlo, podía simplemente no mostrárselo a sus padres pero quería compartir sus sentimientos con aquel chico que robaba sus latidos y muchas noches de fantasía llenas de placer. Al menos si sabía su humilde opinión sobre sus emociones y era rechazado podría dejarse de hacer ilusiones y por fin centrarse en su trabajo junto a su padre, porque eso creía él, tenía los listones muy bajos a pesar de que siempre se burlaba de él en las peleas y fardaba delante de sus padres para obtener mayor protagonismo en la familia de toros demonio.
Un día en el que el de ojos azabache contaba con la casa completamente sola, decidió ordenar unos fideos al restaurante en donde MK trabajaba, ya que estaba enterado de que él trabajaba en ese local como repartidor y sabía que tenía una visita asegurada si contrataba el servicio a domicilio, planeo pedirlo para aprovecharse de la situación y mostrar sus sentimientos para ver como acababa la cosa, estaba algo nervioso por aquello pero intentó mantenerse sereno para que su plan no se viera en altibajos.
Cambió el número de su teléfono para que no sospechaban que era una llamada suya y práctico una voz calmada para sonar diferente a como se mostraba en las peleas para así poder tomar con sorpresa al chico y que este no se alterara con el pedido del archienemigo de su padre. Decidió esperar hasta la hora de la cena, puesto que ya había comido y sus padres no se marcharía hasta el atardecer, así que pasó un tiempo practicando los diálogos frente al espejo ya que no podía ocultar sus nervios ya que múltiples pensamientos y preocupaciones paseaban por su mente como si fuera el camino de Santiago, pero aún así se le olvidó por completo que las horas pasaban y estuvo allí hasta obtener un diálogo que le hiciera sentirse lo más seguro posible. Para cuando el joven demonio lo consiguió ya era la hora de llevar a cabo su plan, digo, su pedido. Sus padres ya se habían marchado y Red Son se encontraba finalmente solo en medio de la sala del comedor, en frente del teléfono siendo más específicos, estaba nervioso pero sabía que sería su única oportunidad en mucho tiempo, así que se armó de valor y decidió no perder ni un segundo más. Cogió el móvil con fuerza y marcó los números del restaurante con prisa. Cuando inició el sonido de espera de la llamada, el pelirrojo tomó varias volandas de aire para calmarse y poder actuar como había planeado. Al otro lado, la voz grave de Piggsy contestó formulando la pregunta que solía comentar a la hora de hacer un pedido
-¿Qué desea?- Se escuchó al otro lado de la línea .
-Unos fideos ramen miso por favor- Puso la voz más dulce que su garganta pudo conseguir, casi femenina, estaba avergonzado por ello, pero también orgulloso no todo el mundo llega a ese tono.
-Anotado ¿Desea algo más?-Sugirió la voz que mantenía la conversación.
-No gracias, eso sería todo- Formulaba las frases más amables y formales que podía casi se vio obligado a coger el diccionario para no equivocarse en alguna de ellas.
-Anotado, dígame la dirección por favor- Pidió la voz al otro lado del teléfono
-Ahora se la mando señor, muchas gracias- dicho esto colgó y envío la dirección por mensaje al número marcado en pantalla, cuando le llego, el recibidor mando un sticker de un me gusta para confirmar su pedido,