Prólogo

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Afuera el cartel de "Peluquería Irene" brillaba en rojo neon.

Eric Cartman se había colocado una peluca rubia y un conjunto bonito, siempre fue de obsesionarse con verse en el espejo y con cuidarse la piel y los dientes, y también, travestirse siempre que se podía.

Eso sí. Su cuerpo gordo siempre sería su característica personal.

No podia renunciar a comer.

Además, con maquillaje y tacones los chicos gorditos también podían ser bonitos.

Estudió estética y peluquería al acabar secundaria, no había nada que le gustara más que mirarse en el espejo y hacer más atractivos a gente poco agraciada con sus manos mágicas. De un Dios omnipotente.

Eran las nueve de la noche y esperaba su último cliente en el día. Una canción sobre un campo de fresas sonaba en sus oídos, cuando de pronto el dicho cliente llegó.

Sonaron las campanadas de la tienda avisado que alguien entró, pero Cartman no las oyó y por eso pegó un salto en su sitio mientras que soltó un "Puta madre" interno.

-----¡Hola! -----Saludó el cliente, de traje, se veía poderoso aún con los años en la cara.

Pero aquél gorro judío era terrible, Cartman sin aguantarlo rodó los ojos, no le gustaba tener que atender a alguien así, pero no podia darse el lujo de negarse pues la peluquería últimamente tenía poca demanda.

-----¿Cómo estás?

Saludó Cartman con aquél vestido rojo y sugerente, quitando la música de los auriculares y colocándola en alto, contoneándose levemente porque estaba sonando Bad Romance de Lady Gaga.

---. ---Se distrajo el cliente mirando esas carnes moverse. Al darse cuenta, enseguida se rectificó. ---Quiero decir, estoy bien.

---Y yo que me alegro. Siéntate aquí.

Cuando lo obedecieron quitó aquel gorro judío y le lavó el pelo a aquella persona, moviendo sus manos sobre el pelo rizado mientras éste cerraba los ojos y se dejaba hacer.

Cartman le pidió que se sentase en la silla y la subió con el pedal, mientras se metía en la boca un chicle de fresa y lo masticaba.

El hombre le miraba mediante el espejo. Cartman acercó su mesita con utensilios.

---Me llamo Gerald Broflovski, ¿y tú?

---Qué te importa. Era un corte lo que querías, ¿no? ---Le puso la bata para que su ropa no se ensuciara. Se apartó un momento para agarrar las tijeras y sintió la mano del hombre en su muslo.

Una incomodidad enorme se apoderó de Cartman cuando la mano fue subiendo, enseguida se apartó.

Pero él fue más rápido y agarró fuerte su mano.

---Hm... Si quería un corte, pero hay algo interesante que también se puede agregar al precio, si sabe a qué me refiero.

Maldita sea. Cartman contó hasta tres mentalmente, no quería hacer algo de lo que se fuera a arrepentir.

---Esto no es un puticlub, sucio judío de mierda.

Ah. Cruzó la linea.

Fue la única manera de no arrancarle los pelos con las uñas postizas.

El hombre se ofendió frente al insulto.

---¿Y por qué estás vestida como una zorra?

---¡Sueltas basura por la boca! ¡Me visto como me da la gana! Para complacerme a mí, no a un viejo baboso como tú, hijo de mil perras.

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⏰ Última actualización: Sep 10, 2022 ⏰

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