Destino

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10 años habían pasado desde que Hope se fue de Místic Falls, luego de que Landon la dejara y una inesperada noticia llegara Hope vuelve a New Orleans con su familia.

Años atrás el miedo la había paralizado, por fin comenzaba a entender la razón del sacrificio de sus padres, nunca creyó que podía amar tanto a alguien como amaba a sus pequeños

Miles de veces pensó en ir tras Landon y decirle la verdad pero siempre que intentaba o lo planeaba desistia

Si alguien llegaba a saber de la existencia esos pequeños sería un caos, Malivore estaría detrás de ellos no solo por su gen trihibrido sino por su sangre Fénix.

Aún no sabía cómo funcionaba el lado sobrenatural de los pequeños, algo tenía en claro es que ambos eran brujos y muy poderosos.

Alycia y Hali a sus 9 años eran demasiado inteligentes y fuertes, la pequeña Alycia había heredado los ojos verdes de Landon y para sorpresa de todos ambos niños eran demasiado parecidos a Hope más que a Landon.

Alycia tenía cabello color castaño con rulos como Landon, para suerte de la pequeña había heredado también la altura de su padre al igual que su hermano.

Hali era todo lo contrario a Alycia, Rebekah cientos de veces le había dicho del parecido del pequeño con su padre, rubio y de ojos azules, y era cierto podía ver el rostro de su padre en el pequeño.

Años más tarde cuando los pequeños solo tenían 6 años había intentado embarazarse nuevamente, había sido una locura y algo de irresponsabilidad pero no sé arrepentia.

La pequeña Asa también tenía ojos azules y cabello rubio, el gen Mikaelson era demasiado fuerte, los tres pequeños tenían la belleza y elegancia de los originales, en especial Asa y Hali, la más pequeña siempre se salía con la suya, sus tíos caían embobados antes sus tiernos gestos y dulces palabras, Hali era una mini versión de Elijah, todos se la pasaban asombrados al verlo siempre bien vestido sin una mancha. La pequeña Alycia era igual a Hope de niña, su única preocupación era pintar y hacer magia.

Amaba ver a sus tres pequeños correr por el pantano con los demás niños crecientes. Le alegraba saber que ellos podían tener la infancia que ella no pudo, eran libres, no debían ocultarse por miedo a lo que le dirán.

Amaba ser madre, si había sido muy joven cuando los tuvo pero no sé arrepentia ni un segundo, desde su llegada volvo a ser feliz, cada día sus pequeños le sacaban risas a su madre con sus tonterías o peleas.

-Mamiiiii- el grito de Asa llamo la atención de Hope, está corrió hasta donde estaban y vio a los tres pequeños peleando

-¿Que pasa?

-Mamá dile que está noche veremos la sirenita- Asa hizo un puchero

-No veremos Cars- Hali se cruzó de brazos

-Niños... Ya vieron esa película mil veces- Hope se agachó- Y siempre eligen ustedes... Aly ¿Que quieres ver?

-Mulan mami- respondió tímidamente

Sin dudas Alycia era la más tímida de los tres, siempre cedía ante sus hermanos para evitar peleas.

-No veremos La sirenita- ordenó Asa

-Asa cielo... Ustedes siempre eligen... Dejen que Alycia lo haga esta vez

-Esta bien- acepto de mala gana

-Vamos a casa... Llamen a Roco y a Sasha

Los tres comenzaron su camino hacia la casa que no quedaba muy lejos del pantano, los perros que habían adoptado años atrás llegaron rápidamente ante el llamado de los niños.

-Mamá ¿Les doy de comer?- pregunto Alycia

-Hazlo cariño... Iré a preparar la merienda

La casa no era muy grande, principalmente porque Hope no lo quería, los niños se la pasaban afuera durante el día y en la noche solían estar en sus cuartos por lo cual decidió no agrandar demasiado la casa.

La abuela Mary se la había heredado años atrás, apenas se mudó a New Orleans y se reencontro con la manada comenzó a refaccionar la casa, para cuando los mellizos nacieron la casa estaba terminada.

La cabaña consistía en el living, comedor, cocina, baño y habitación de huéspedes y en la planta alta había cuatro habitaciones, una para cada uno con un vestidor compartido al igual que el baño.

-Mamá- Hope sintió unos pequeños brazos rodear su cintura- Te amo

-Yo también te amo Aly