𐙚 𝐜͟𝐨͟𝐢͟𝐧͟ 𝐥͟𝐨͟𝐜͟𝐤͟𝐞͟𝐫 🧸 kokichi x lectora. ৎ୭ [cancelada]

♡ capítulo I

Pasó una semana desde que _______ comenzó a juntarse con el de hebras moradas. Aunque la fémina no se sentía demasiado cómoda al lado del chico, lo hacía para que él se sintiera acompañado y ya no tan solo como antes.

Por otro lado, a Shuichi no le quedaba de otra que estar junto a la fémina y al pelimorado, aunque a éste no le agradase demasiado.

La gente sólo miraba y murmuraba, los chismes no se hicieron esperar sobre ellos dos. ¿Serían pareja? ¿habrán retado a la chica para hacer semejante cosa? Todos tenían la mirada puesta sobre ambos muchachos, aunque a la vez no querían darle demasiada importancia, ¿qué tan malo podría ser? de igual manera sería a ella quien se le arruinaría la vida, ¿verdad?

♱ pov : _______.

El día escolar había pasado algo lento, pero por fin había terminado. Me dirigía hacia el club, teniendo en mente que Kokichi me hartaría con sus miles de preguntas y su actitud demasiado infantil.

Pero no lo puedo culpar, ¿y si soy su primer amiga? Me di un delicado golpe sobre mi rostro, levantando la mirada pude darme cuenta de que ya había llegado. La maestra me había dejado salir más temprano otra vez, así que Kokichi y yo estaríamos solos en el salón una vez más.

Abrí la puerta con cautela, miré a los alrededores, me extrañé unos momentos porque no vi a nadie; ni siquiera al de hebras moradas. Negué con mi cabeza y caminé hacia mi pupitre, en el asiento de Kokichi había una nota que rezaba "muere", y, al verla me quedé en silencio, pensando.

— ¡No es justo! ¡has llegado antes que yo y estaba a punto de alcanzarte! — La puerta se abrió de golpe, a la misma vez la voz de Kokichi resonaba en todo el salón. Yo me sobresalté y al instante volteé a verlo. — ...¿Estás bien? ¿por qué tienes esa cara?

— No es nada. — Respondí, sentándome con rapidez en mi pupitre. El semblante de él demostraba clara confusión. Cerró la puerta y caminó hacia su pupitre... vio lo mismo que yo vi.

— Wow... ¿ahora quieres que me muera? ¿tú lo escribiste? no me quejo, ¡la letra está linda! — Ante esto, sólo me quedé en silencio mientras negaba con mi cabeza. Kokichi volteó a verme con una dulce sonrisa en el rostro; como si no le importase.

— Yo no lo he escrito.

— Lo sé, tu letra no es así.

— ¿Qué? — Él soltó una carcajada, pero no me respondió. Me quedé en silencio una vez más, pude ver que volteó a verme de soslayo mientras se sentaba en su pupitre.

— ¡Pues te he visto escribir, me he memorizado tu letra! — Responde él sin quitar esa sonrisa en su rostro. Como si eso fuese la cosa más normal del mundo... — Esto realmente no me importa, ¡siempre hay de estas incluso aquí en el club! No tenemos que dejar que esto empeore el ambiente.

Dice él, a la misma vez tomando con fuerza el papel y arrugándolo. Sólo me quedo callada y a la vez sacando mi cuaderno para ponerme a dibujar... esperando también a Shuichi.

Kokichi simplemente se quedaba en silencio, podía sentir que su mirada no se despegaba de mí, pero no me incomodaba tanto; él solía hacer eso.

Después de unos minutos, la puerta del salón se abrió. Rápidamente levanté la mirada, pero no era Shuichi. Kokichi al ver mi reacción sonrió.

— Lo esperabas al él, ¿verdad? — Yo me quedo callada, pero unos segundos después asiento. — Ya vendrá. A él no le gusta estar cerca de mí, teme arruinar su reputación. ¿No te sientes de la misma manera que él? ¿por qué me hablaste? ¿me odias?

— No, ¿por qué piensas eso?

— ¿Entonces me hablaste por tu cuenta? oooh...

Una sonrisa abarcó lo ancho del rostro de Kokichi, a la misma vez apartaba la mirada. Yo sólo me le quedaba viendo confundida, pero no me desagradaba verlo así.

— Ha pasado una semana desde que comenzaste a hablarme, ya no me siento tan solo después de todo. Aunque no me importaba al principio. — Susurra él, después de varios minutos. — Gracias a ti ya no me siento mal. Me has hecho sentir mejor con el pasar de los días, ¡sólo vengo a la escuela para poder verte!

— O-Oh, ¡qué bien! — Respondí algo nerviosa, lo último me había dejado un poco desconcertada pero la sonrisa de Kokichi era lo único que veía en él.

La hora del club había terminado, tomé mis cosas para irme a casa. Shuichi no había llegado, pero conociéndolo, pensé que sólo se había saltado la clase para no estar cerca de Kokichi.

Había quedado última en el salón junto al pelimorado, todos se habían salido. Me levanté de mi pupitre y caminé hacia la puerta, pero sin antes ser interrumpida.

— ¡Esperame! — Kokichi estaba metiendo sus cosas a su mochila, parecía tener una sonrisa en el rostro. Dejé escapar un suspiro, lo esperé. ¿Querrá acompañarme? ay no. — ¡Listo, vamos!

Me quedé callada, seguí caminando hacia la salida de la escuela con Kokichi a mi lado, pero algo captó mi atención.

Shuichi estaba parado cerca de su salón, viéndome con murria. Caminé hacia él primero.

— _______. — Oigo la voz de Kokichi detrás mío, apenas me había dado cuenta de que había dejado de seguirme. — Ya me iré a casa, nos vemos mañana.

Lo decía con un semblante muy serio, aunque no le había dado importancia en ese momento. Simplemente me despedí también y, por fin se había ido.

Seguí caminando hacia Shuichi, al parecer este también caminaba hacia mí.

— Hola~ ¿por qué te saltaste la hora del club? — Pregunto, a la vez poniéndome a su lado. Él aparta la mirada algo avergonzado, de manera inconsciente seguimos caminando hacia la salida.

— Sabes que no me gusta... estar junto a Kokichi, es muy raro... y me incomoda.

— ¡Oh!, él no es tan raro como lo dice la gente. — Respondí, con una sonrisa en el rostro. — Sólo se siente solo, ¡me dijo que se siente mejor desde que le hablé!

— ______, por favor, no te dejes llevar, ¿o acaso ya se te olvidó que es un mentiroso? ¿no piensas que sólo lo dice para que te sientas mal y te sigas juntando con él?

Ante sus palabras me quedé en silencio, pero momentos después negué con mi cabeza manteniendo una sonrisa.

— Nah, yo creo que estás sobrepensando las cosas. ¿Te sientes celoso?

— ¡Agh! — Él se sobresalta, poniendo una mano en su rostro. Sus mejillas se tornan de un tierno carmesí y yo sonrío. — Da igual, vámonos.

Yo simplemente asentí, pero aún pensaba en las palabras de Shuichi. ¿Tendrá razón?... daba igual, nada malo podría pasar por sólo una mentira.