PRÓLOGO

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"TE DOY UNA PEQUEÑA INTRODUCCIÓN.
CUIDADO CON LA SERPIENTE."

Bien, Cazador o Cazadora, tal vez seas nuevo o nueva y quieras aprender más de la cacería que llevamos nosotros los Cazadores y quieras pertenecer a nuestro grupo o al de ellas. Sea como fuere el caso, estás aquí y me da gusto que después de varios años no te hayan alcanzado los monstruos.

Yo soy Tony hijo de Apolo y soy el teniente de Los Cazadores de Apolo, un grupo que nació por el capricho de un dios al querer hacerle frente a su propia hermana plagiando su idea. Así fue como nacimos nosotros, chicos resignados a no encontrar a ese alguien especial, como nuestro padre hace siglos, podría enumerar sus fracasos en el amor pero él seguía sensible desde que recuperó su inmortalidad después de su castigo siendo un chico mortal. 

Nuestro grupo tuvo muchas aventuras, en serio, primero viajamos por Estados Unidos en una competencia contra las Cazadoras, cosa que estuvo bastante reñida para que al final fuera el típico cliché de que ambos grupos ganaban —como en las caricaturas—, aquella aventura empeoró cuando Atlas secuestró a Artemisa y Apolo planeando despertar a Tifón, ambos grupos nos unimos y vencimos (no quiero hablar de las pérdidas que hubo). Nuestra segunda aventura fue propia, viajamos por el Laberinto hasta llegar a México dónde esperaba una profecía extraña con dioses Aztecas, una aventura bastante divertida y bilingüe como Dora la Exploradora; en México detuvimos a 400 dioses de los vicios con ayuda de semidioses Aztecas (Rodrigo hijo de Huitzilopochtli, Michelle hija de Tepeyolotl y Gaspar, hijo de Xipe Tótec) al igual que un dios menor, el increíble Paynalton. Una aventura que jamás olvidaríamos ya que casi provoca nuestra muerte en territorio desconocido.

Ahora, años después (no puedo decir con exactitud, ser Cazador implica recordar que el tiempo es relativo y no sabes ni en qué día vives), estamos en nuestra cacería número 32, una quimera está aterrorizando el norte de Canadá. La niebla hace muy bien su trabajo haciendo creer a los mortales que es un oso salvaje en medio del bosque, nosotros sabemos que esa quimera será abono para árboles.

En fin, querido lector serás testigo de una aventura épica digna del entretenimiento de los dioses. Abróchate el cinturón y sumérgete conmigo y mi grupo a aquello que más tememos, la desaparición total de los dioses.

—¡Cuidado! —gritó alguien.

Me lancé al suelo dando una voltereta, cuando estuve de pie pregunté:

—¿Qué pasó?

—Mientras estabas dando tu monólogo la quimera atacó —explicó Enrique.

Odiaba esas cosas, sus cabezas miraban sedientas de sangre y su serpiente/cola amenazaba mostrando sus colmillos goteantes de veneno.

—¡Formación de ataque! —grité sin saber lo que aquello significaba.

A pesar de llevar tiempo siendo el líder, nunca me había considerado como tal. Había madurado, sí, pero no era como para sentirme así. Ser líder implicaba mucha responsabilidad a la que no estaba acostumbrado, me gustaba pensar que éramos un equipo y que cada decisión que se tomaba era por parte de todos y no solo mía.

Los chicos levantaron sus armas, ballestas, espadas, dagas, arcos y jabalinas apuntaron a la Quimera que rugió con su cabeza de león mientras que la de macho cabrío nos miraba retadoramente. Su cola serpiente se elevaba por encima de sus dos cabezas y siseaba. Cuando la criatura dio un salto, todos atacamos al mismo tiempo, una flecha le dio en el lomo, una jabalina en el pecho, una daga voladora le había cortado parte de la melena al león, pero nada lo destruyó y cayó justo frente a nosotros, la serpiente se abalanzó sobre Nando…

(Abrimos paréntesis). Fernando Stevens es hijo de Asclepio, un chico castaño con ojos verdes y tez clara, no tenía el mejor cuerpo atlético pero era un buen médico, digo, su padre había creado medicina a partir del veneno de la serpiente y ahora una iba a matarlo, qué ironía. (Cerramos paréntesis).

¿Sabes qué es lo agradable de ser un Cazador? Que nuestras habilidades aumentan en el día, además de ofrecernos un pase VIP con el mismísimo Apolo. Hasta el momento no había olvidado lo pésimo que era ser mortal.

Cómo sea. Omar, el hijo de Deméter, tomó su enorme Oz y degolló a la serpiente, la cabeza se hizo polvo que le cayó en la cara a Nando mientras gritaba como una niña. Cuando supo que seguía vivo se levantó tratando de recuperar su autoestima (sin conseguirlo, obviamente). Pero faltaban dos cabezas por destruir. La criatura golpeó el suelo con sus garras mientras el macho cabrío tomaba el control del cuerpo, se lanzó contra nosotros. Enrique era el único que había recibido un golpe de ese animal hacía unos años que anduvimos en el campo, dice que duele como si un pegaso te usara como pista de aterrizaje (una historia que él prefiere no contar). 

Cuando se acercó todos saltamos en direcciones distintas, Nando le clavó la espada en el cráneo y se quedó sin arma. El león se retiró gruñendo, no sabía si él también sentía el dolor de sus dos miembros perdidos, esperaba que no porque se podría enojar mucho. Mostró sus filosos colmillos y corrió más rápido que su parte cuernuda, lanzó su garra lastimando la pierna de James, un hijo de aquel dios que castigó a mi padre, el causante de varios problemas en el mundo mortal y que no quiso involucrarse solo para dar una "lección". Como sea; las garras desgarraron su pantalón azul y lo dejó sangrando en el suelo. Ray, el hijo de Hefesto, se prendió (literal) y lanzó una gran llamarada a la Quimera que balanceaba una cabeza de macho cabrío muerta al lado. La criatura se incendió rápidamente y corrió tratando de huir, tomé una flecha y apunté, la lancé a aquella mancha de fuego que se le clavó en la cabeza y cayó convertido en polvo y cenizas. La espada de Nando cayó con estrépito.

Nos dejamos caer en el suelo, exhaustos y con sueño.

Habíamos acabado la misión, ahora teníamos que regresar al Campamento Mestizo, responder el llamado de Quirón; no nos había dado explicación alguna, solo quería que regresaramos lo más pronto posible. Nosotros sabíamos acatar una orden de los superiores, así que terminamos rápido con la Quimera.

—Bien —anuncié a mi equipo—. Es hora de regresar a casa.

Un silencio extraño nos embargó, desde hacía un rato presentimos que algo malo estaba ocurriendo. Los dioses no se habían presentado (no en ausencia absoluta como anteriormente), y más avistamientos de "animales salvajes" se estaban dando en todo Estados Unidos, no teníamos explicación alguna y las Cazadoras tampoco entendían bien lo que ocurría:

—Es muy extraño —decía Thalia aquella vez—. Otra Hidra apareció en Seattle haciendo creer a los mortales que era una serpiente gigante. A pesar de ser animales de su comprensión, eran monstruosos.

Thalia parecía intranquila, Artemisa no sabía lo que estaba ocurriendo o más bien no quería decir. Las cosas estaban extrañas, sin duda.

—Lo sé —le decía yo a su imagen que podía ver gracias al Iris Mensaje—. Aquí atacó un Toro de Colquide, según la comprensión mortal creyeron que era un autobús en llamas y nosotros los bomberos. 

—Además, me es difícil utilizar la Niebla, ya no puedo.

—¿Qué crees que suceda? —pregunté con la esperanza de que ella supiera contestar todas las preguntas que tenía.

—Lo averiguaremos pronto, presiento que nos van a necesitar. Hasta pronto, Tony.

—Adiós, Thalia.

Y el mensaje se cortó.

Habían pasado varias semanas desde el último contacto con Thalia. Cada vez que intentaba llamar ella no respondía, cuando Quirón nos pidió que vayamos intenté ver si ellas también irían, pero me rechazó. 

—Solo no te quiere hablar, amigo —decía una voz a través del arcoiris, supuse que era la diosa—. Deja de llamarle, mi trabajo no es sencillo. Estar soportando chismes y tonterías de semidioses ya me tienen cansada, por favor.

Y el arcoíris desapareció en un «puf».

Caminamos juntos a la luz del sol que se colaba por los árboles, Apolo nos cuidaba desde el cielo y trataba de intervenir lo mejor que podía (no era mucho a decir verdad, pero se le agradece).

Otra cosa importante que te tengo que decir, yo no te voy a narrar la historia, eso se lo dejaré a aquellos nuevos chicos a los que pude ver en sueños pasados, semidioses nuevos y desamparados unidos por una desgracia en común. 

Que tengas suerte en este nuevo viaje, Semidios. Y que los dioses nos amparen.

*LOS CAZADORES III: EL HIJO DEL FOSO*  ~Fanfiction de Percy Jackson~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora