Para Drei, quien alguna vez quise tener.
Lo más difícil de comenzar a escribirte siempre ha sido el inicio, saber cómo debo saludarte para después ordenar mis ideas e intentar decirte en pocas palabras lo que quiero darte a conocer. Así que, si me lo permites comenzaré con este escrito esperando que te encuentres muy bien.
Te hablaré de la razón por la cual estoy haciendo esto, he querido escribir sobre ti en distintas ocasiones, no es la primera vez que estás en mi mente en una madrugada como esta. Intente escribir un libro que hablara sobre tu forma de ser, sobre cómo nos conocimos y lo que quería lograr contigo. Tenía todo planeado, capítulos, contenido e incluso el nombre del libro; su nombre era "Cáncer". Quería asociar el nombre con la enfermedad porque, así como el cáncer se apodera de cuerpos tú estabas apoderándote del mío haciendo que resulte difícil funcionar de la manera que debía hacerlo.
He roto las reglas, lo siento pero no pude mantenerme fuerte ante las condiciones que pusiste, no eres culpable de que este escribiendo sobre ti, pero no quiero que pienses que he estado obsesionada contigo, por lo menos intente ocultarlo hasta que sentía que por dentro algo me estaba comiendo. Querer ocultar mis sentimientos hacia ti cuando quedamos en un acuerdo de que no somos algo serio, no ha sido nada fácil para mí, probablemente si este fuese otro caso intentaría pensar en mil maneras para lograr sacarte de mi mente, intentaría convencerme de que no te quiero y usaría como excusa las cosas malas que pudieran existir en ti, pero ¿Qué hago si eres una persona sin filtros? Te has mostrado a mí con tu verdadera forma de ser, a veces desearía que las palabras que usas conmigo no fueran tan frías, que tuvieras un poco de dulzura al expresar tu deseo por mi cuerpo y que tu mente de diamante no pudiera parecerme tan cautivadora e interesante, porque la verdadera culpable de esto ha sido tu mente y mi deseo por querer entrar en ella.
Has logrado convertir tus ideas en objetos que puedo ver, en letreros que puedo leer y en logos que puedo memorizar, tienes el don de hacer realidad las ideas de los demás, pero cuando se trata de expresar y demostrar tus sentimientos te ocultas detrás de una capa en blanco y negro. ¿Por qué colorear las líneas si solo las estas pintando de negro? Solo déjame saber cuándo quieras algo de diversión.
"La responsabilidad afectiva empieza por comunicar", una vez te perteneció esta frase y me hizo creer que era el momento de comunicarte lo que sentía, por un momento creí que este sentimiento formaba parte de los dos. No sé, tal vez debí haberlo hecho pero mi miedo a perderte era mayor que mis ganas de tenerte, aunque no me perteneces. Siempre hay algo que me impide poder decirte lo que pienso y siento, tú siempre me has preguntado el porqué de mi miedo, pero no es algo que hayas dicho o hecho sino la sensación que viene junto a ti. Quieres romper un corazón mientras reclamas.
Si tú quisieras, tendrías el poder de que cualquiera que viva acompañada de la mano de alguien sea capaz de soltarlo para poder ser merecedora de tus fantasías. Tal vez pienses que no puedes tener a quien tú quieras, pero Drei estoy segura de que sigues rompiendo corazones como a tus 17. Y a veces comienzo a creer que si yo tuviera 27 podrías dejar de verme como tu secreto, estas tan obsesionado con la edad que incluso he llegado sentirme nueva en esto, podría jurar que mi inocencia vuelve cada vez que te veo y no solo porque soy menor que tú, sino por la vida que me haces creer que debo tener. Me siento como tu niña pequeña y por mí está bien si puedo refugiarme en tus brazos, pero la inocencia y la arrogancia se entrelazan cuando entras a mi mente y solo te pienso.
¿Alguna vez has deseado tener más edad? Cuando eres joven asumen que no sabes nada y fue exactamente lo que asumiste de mí cuando me conociste en la noche de aquel bar, pero te diré que desde aquella vez cuando supe de tu existencia, se sintió como si tu entrada causara que la temperatura se elevara y desee poder tener más edad de la que tengo solo para que pensaras que de alguna forma estoy a tu "nivel" y que podríamos estar en el mismo juego.
Escribirte es más fácil si no veo en mi pantalla tu nombre, ahora mira lo bien que se ordenan mis ideas y al igual que tú ahora las estoy plasmando, ahora las estoy haciendo real. Quizás esto solo es un buen pretexto para poder escribirte de una vez lo que quería decir desde hace mucho tiempo y aprovecho para decirte lo mucho que intenté que no te metieras en mi cabeza, pero una vez que no lo conseguí mi propósito fue querer meterme en la tuya también para que compartiéramos un mismo pensamiento y sentimiento, quise hacerte cambiar de opinión y que por una vez me veas como lo que pudimos ser, como lo que podríamos ser, pero el problema con perseguirte es que es muy fácil chocar. Una vez que ha empezado es complicado detenerse y súbitamente recuerdo cosas que creí haber olvidado.
Mis errores fueron hechos para ti y aquí estoy, intentando provecharlos mientras los pago, sin preocuparme por las consecuencias de decir mis sentimientos en el momento que los siento. El cuento de hadas estaba subiendo una montaña muy inclinada, pero ahora estoy tranquila como tú, sabiendo perfectamente que todo lo que tengo que decir es un "adiós".
Talí.
