𝐒𝐨𝐥𝐨 𝐔𝐧 𝐁𝐞𝐬𝐨 // RayEmma

𝐏𝐚𝐫𝐭𝐞 𝐔𝐧𝐢𝐜𝐚

❝—Existe una leyenda japonesa que dice, que si amas con el corazón... Tu primer beso tendrá el sabor que más te guste. ❞

Miro por la ventana y soltó un suspiro, pensativa por esa frase que se repetía una y otra vez en su cabeza, de verdad que estaba cansada de tenerla como disco rayado... ¿Cuánto tiempo más iba a pensar eso? ¡Ya llevaba más de cuatro días dándole vueltas al tema!

Nunca debió preguntarle a Norman como le fue con Naomi, si no le hubiera preguntado él no le habría dicho de su primer beso y el sabor que tuvo, y ella no habría preguntado como es que eso era posible y él no le habría contado la leyenda —Ah...— Emma volvió a suspirar, sintiéndose sobrepasada por su curiosidad.

Simplemente le parecía sorprendente, es decir, ¿Por qué un beso sabría a algo en específico?

Aunque eso pasaba a segundo plano cuando Emma se preguntaba a qué sabría el suyo... Ella no tenía un sabor favorito, ¿Entonces a qué sabría su primer beso? Oh vamos, tenía 15 años... Sabía que en algún momento pensaría en eso, pero...

—Oye, Emma— La llamo el muchacho de cabellos ébano —¿Hmm? Ray, ¿Qué pasa?— Preguntó confundida la peli-roja —Emma, el timbre de la última hora sonó hace 6 minutos— Le mostro el reloj, que marcaba las 12:00 PM. Al verlo la muchacha salió de su ensoñación y rápidamente tomo su mochila y se levanto —Oh si, perdón— El muchacho guardo su reloj, mientras negaba repetidas veces con la cabeza.

—¿Por qué estás tan despistada?— Caminaba a su lado mientras abría y leía un libro —No estoy despistada— Lo contradijo la oji-esmeralda bajando las escaleras —Claro que sí— Afirmo el muchacho —¡Claro que no!— volteo a mirarlo, él cerro su libro y la golpeo con él con un poco de dureza —Claro que sí— Guardo el libro en su bolso y siguió caminando.

—Auch... ¿Por qué siempre me pegas?— inquirió poniendo ambas manos en su cabeza, él peli-negro no respondió su pregunta y en su lugar cambio el tema —Creo que mamá no estará en casa, así que tendré que cocinar— Afirmo el de ojos olivos, viendo como los ojos de Emma brillaban —¿¡De verdad!?— Pregunto la peli-roja, mientras él observaba como ella se movía jovialmente a su alrededor con una brillante sonrisa —Si— respondió soltando una leve risita.

Si se preguntan porque Emma va a casa de Ray, pues hará unas horas en clase de filosofía hicieron grupos para una exposición de la próxima semana y ambos jóvenes quedaron juntos.

Ray no insistió más en preguntarle a la joven el porqué de su despiste, así que el camino fue relativamente tranquilo. Cuando llegaron, Emma entro como Pedro por su casa, ¿Qué? ¿Creyeron que era primera vez que venía? Pues no, la peli-roja es casi como de la familia. Duerme en casa de Ray unas 7 veces por mes.

El azabache de ojos olivos tomo un mandil blanco y empezó a cocinar ante la atenta mira de su amiga, quien le ponía conversación por casi cualquier cosa que hiciera... Él no tardó mucho en hacer un rico almuerzo y una vez que comieron ambos subieron a la recamara del joven con sus mochilas para comenzar a realizar sus tareas.

El trabajo poco a poco se terminaba, pero Emma seguía constantemente distraída <<¿En qué tanto piensa?>> Se preguntaba Ray bastante frustrado, dejo de escribir y miro a Emma de frente, estaba muy sonrojada <<Pero ¿qué...?>> Un pequeño sentimiento empezó a crecer dentro del azabache, tal vez eran celos... Después de todo él estaba enamorado de su amiga.

—Emma— La llamo con un tono de voz serio y la mencionada volteo a verlo lo más rápido que pudo, sonrojándose aún más —O-oh, Ray...— Evitaba mirarlo a los ojos, en ese momento fue cuando el muchacho termino de comprender la situación —¿No piensas decirme que es lo que te tiene tan mal...?— Pregunto suavemente, dejando el otro extremo de la mesa y acercándose un poco a la muchacha.