Desde pequeño su mente creaba distintas ideas, todas para sobrellevar sus problemas. La de las burbujas era una de ellas.
Todas las personas tenían una burbuja, que era su "mundo". Existían las burbujas propias, las de familia, las de amigos cercanos, las laborales, etc.
Todos en burbujas.
Las burbujas eran de distintas paletas de colores según los sentimientos de aquella persona. Los alegres tenían colores radiantes, los melancólicos de colores opacos y fríos, y así sucesivamente.
En los familiares ocurría algo similar. Si la interacción era buena, tenía colores alegres, las malas tenían colores más opacos, y las inexistentes eran en grises.
Si llegabas a conocer esta parte de él, sin duda alguna pensarías que su burbuja era radiante.
Con colores cálidos en tonalidades pasteles seria como lo definirías. Una persona alegre, calmada, simpática, con la que cualquiera se sentiría a gusto a su lado.
Y pensar eso no estaba mal, después de todo era lo que él quería.
Una burbuja alegre, pintada con una sonrisa.
Y muy pocos llegaron a entrar a su mundo, a traspasar la barrera de su burbuja y a ver ese conjunto de colores.
Al fin y al cabo, el color azul también significa tristeza.
