1. (Des)amor

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La mesa de la cafetería estaba en silencio, el trío de amigos comía con una clara incomodidad entre ellos. El peli negro, Yoongi, no sé atrevía a alzar la mirada. El rubio, Jimin, comía sin ningún signo de... Nada en realidad. Estaba serio y para el castaño, Seokjin, era muy difícil decifrar en que estaba pensando, lo cual era raro; Jimin solía ser una especie de libro abierto para él.

Muy pocas veces peleaban y, cuando ocurría, los problemas nunca duraban tanto. Jin tenía la hipótesis de que esta vez sería diferente.

—¿En serio lo rechazaste?— preguntó el castaño harto del silencio. Jimin tosió el agua que estaba tomando mientras Yoongi solo cerró los ojos con claro fastidio.

—¡Jin!— regañó Jimin.

—¿Qué? Pensaba que le correspondías—

—No lo hace, déjalo— se metió Yoongi.

—Pero...—

—Pero nada, Jin— susurró Jimin— solo no— la mesa volvió a quedar en silencio.

—Yoongi, ¿Estás bien con eso?— preguntó Jin, no le importaba que el rubio estuviera allí, antes que nada eran amigos.

—No es que pueda hacer mucho al respecto— se encogió de hombros.

—¡Conquistarlo! Duh—

—No, Jin. En serio— dijo Jimin un poco apenado.

El castaño suspiró dejando el tema. Estaba ilusionado con la idea de que sus dos amigos fueran pareja. Cuando Yoongi le dijo que se le iba a confesar a Jimin miles de escenarios pasaron por su cabeza, todos, menos el del rechazo. Para él era obvio que Jimin correspondía los sentimientos de su peli negro amigo. No entendía nada.

La campana de la escuela sonó indicando que debían volver a clases. Los tres se levantaron con rapidez y caminaron juntos hasta el salón de Jin, dónde se metería a su curso pues estaba en otro grupo. En cambio, Jimin y Yoongi estaban en el mismo y se sentaban cerca. El resto del día sería algo incómodo.

Yoongi intentó no hablar mucho con Jimin, lo quería y no permitiría que ese rechazo afectara su amistad, sin embargo, no significaba que no doliera. En su cabeza pensaba cómo decirle a sus amigos (en especial al amor de su vida) que necesitaría un tiempo solo.

Las clases pasaron y el final de día llegó, Jin y Yoongi se iban juntos a casa, Jimin solía esperar a que ellos se fueran antes de irse él igual. Mientras esperaban al castaño, una clara distancia los separaba.

—Yoongi, ¿Estás seguro de que estás bien? No quería lastimarte mucho por eso intenté no ser muy directo, yo... —

—Estoy bien Jimin. Digo, duele un poco pero estaré bien— le sonrió al rubio— esto no afectará nada, ¿Verdad?— Jimin negó rápidamente.

—Seguimos siendo amigos—

Yoongi sintió alivio, sería difícil pero no imposible. Lograría estar cerca del chico que le gustaba, lo había hecho durante un año y podía seguirlo haciendo hasta que saliera de su corazón.

—¡Lamento el retraso! El profesor se olvidó de que su hora había terminado— giró los ojos Jin.

—Vamos, hoy debo llegar temprano— apuró Yoongi.

—¡Nos vemos, Jimin!— agitó la mano Jin hacia el rubio.

—¡Nos vemos, cuídense!— respondió.

Yoongi solo agitó la mano mientras sonreía hacia su amigo. Cuando estuvieron fuera de la vista del rubio este suspiró y dió media vuelta para empezar a caminar hacia la parada de autobuses que le llevarían a su casa. Hacía una lista mental de las cosas que debía hacer al llegar.

"¡No dejar la mochila en la sala! A la abuela le molesta mucho"

"Preparar la comida, hoy la abuela fue al médico y dijo que llegaría tarde"

"Hacer la tarea"

"Mandarle un mensaje a Jungkook"

"Ordenar la habitación de papá para que mañana llegue y la encuentre limpia. De seguro estará cansado"

Suspiró mientras recargaba la cabeza en el vidrio del transporte. Sentía sus ojos picar, estaba a punto de llorar.

"Quiero ver esa película nueva que, dicen, es la copia de Avengers, sería divertido ver que tan cierto es"

Pasó su antebrazo por sus ojos e intentaba regular su respiración. No lloraría en público, que vergüenza.

Al abrir la puerta de su casa encontró la sala hecha un desastre.

"La abuela debió salir corriendo, de seguro llegaba tarde"

Jimin rió un poco ante la imagen de su abuela corriendo, no era por nada pero esa señora con trabajo y le gustaba caminar. Era un poco floja y se excusaba diciendo que era la edad. Subió y dejó su mochila en su cama para después ordenar la sala. Era su prioridad.

Terminó las primeras dos cosas de su lista bastante rápido, así que se recostó en su cama mirando el techo y sintió sus ojos picar de nuevo. Esta vez sí se permitió llorar, su corazón dolía.

—Si yo fuera diferente podría haberle dicho que si— exteriorizó sus pensamientos en esa corta y dolorosa frase.

¿Qué le pasa a Jimin? // YoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora