Under the Street Lights

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Los tres días de Zuko en Fire Fountain City han sido un fracaso. No sabía exactamente qué había esperado que ocurriera. ¿Qué nada más poner un pie en la ciudad se le apareciera una visión de Roku resolviendo todas sus dudas? ¿Qué apareciera un espíritu guía y le dijera exactamente qué era lo que tenía que hacer? ¡Por supuesto que la cosa no iba a ser así! Era consciente, o al menos lo era ahora, de que había sido un iluso por pensar que visitando esa ciudad hallaría las respuestas que necesitaba. ¿Si ni siquiera su propio tío se sentía inclinado a solucionar sus dudas, lo iban a hacer unos espíritus?

La sola idea de que los espíritus podrían solucionarle la vida era ya descabellada. No sabía en qué estaba pensando. Nunca había sido muy espiritual, pero la fama y rumores de la espiritualidad de Fire Fountain City, de sus constantes visiones del Otro Lado, le habían dado esperanzas de... bueno, de algo. De poder hablar con el Avatar Roku (todavía no podía pensar en él como el bisabuelo Roku, era raro).

Poco después de leer los pergaminos, y de que su tío le revelara la impactante verdad de su parentesco con el Avatar Roku, Zuko había tomado la decisión de ir a Fire Fountain City. Había sido una decisión impulsiva, y Zuko pensaba que ya no tomaba decisiones de aquel tipo. Que había ganado cierta entereza y carácter que le permitía ser más correcto y medido. Pero por lo visto seguía igual que antes. Otro fracaso más.

Encima, por más que estuviera deseando largarse de esa ciudad, sabía también lo que le esperaba en la capital. Se había peleado con Mai poco antes de irse. En ese momento lo había visto como la oportunidad perfecta para marcharse sin que su novia, o ex-novia en aquel momento, quisiera ir con él o le hiciera preguntas de a dónde iba, pero cuando volviera le esperaban todas esas preguntas igualmente, más la más que probable pelea de siempre. Estaba cansado de las mismas discusiones. No sabía por qué al final del día acababan volviendo si, a no ser que se estuvieran besando, se estaban peleando.

También le esperaba el interrogatorio de Azula, quién querría saber que lo había estresado tanto para necesitar unas vacaciones inmediatamente después de haber vuelto de sus vacaciones de Ember Island.

Lo bueno era que su padre, y la corte en general, pasaban tanto de él que lo más seguro es que ni siquiera se hubieran dado cuenta de que se había ido.

Ahora, con perspectiva, empezaba a ver la simpleza, y los fallos, de su plan: ir a Fire Fountain City y que los espíritus se encarguen del resto. Pero la ciudad, con su fama, sus templos y sus conexiones espirituales no había resultado ser lo que Zuko esperaba. En absoluto.

La visita había sido una enorme pérdida de tiempo. Había visitado y orado en todos los templos, hecho un recorrido por los lugares de la ciudad donde se clamaba que la gente había tenido visiones anteriormente, ¡incluso habían visitado a una adivina! Siempre había pensado que no eran más que charlatanas y mentirosas, pero había asistido por si acaso, solo para comprobar que siempre había tenido razón. Además, había salido de los nervios cuando aquella mujer le había tocado demasiado la mano y le había dicho con una voz que aparentaba ser dulce "tienes mucha rabia y rencor acumulado, necesitas liberar el odio de tu corazón". Había pagado para que le dijeran algo que ya sabía perfectamente.

Después de esos dos días perdidos, Zuko estaba deseando volver a la capital. Bueno, quizás no volver a la capital, pero si largarse de aquella ciudad. Por suerte esa tarde salía su barco y podía decirle adiós a la "ciudad espiritual", como la promocionaban en muchos de sus folletos de viaje. Si ponía un pie de nuevo en Fire Fountain City en los próximos 50 años sería demasiado pronto.

Por más ganas que tuviera de irse todavía era temprano, así que Zuko estaba vagando con tranquilidad por el mercado de la zona baja de la ciudad intentando hacer tiempo.

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